Chaplin, el minucioso creador del bufón Charlot

No hay nada que hacer. Ese tipo ridículo con pantalones veinte tallas más grandes, sombrero hongo y bigotito se empeña en salir en el encuadre. El cámara le reprende y le conmina a que se aleje, porque le tapa la carrera de coches a pedales que intenta filmar. Pero el sujeto, erre que erre, sigue empeñado en aparecer en la grabación. Se da importancia y, muy digno, vuelve una y otra vez. Y no sólo eso, entorpece el objetivo mirando burlonamente a la cámara.

Ese tipo, ya lo habrán adivinado, es Charlot, el personaje universalmente reconocible creado por el cómico británico Charles Chaplin (1889-1977)a principios del siglo XX. La imagen del principio corresponde al cortometraje Carreras sofocantes (Kid auto races in Venice), filmado un 10 de enero de 1914 en Venice, Los Ángeles, y que constituye la primera aparición de Charlot, ya con su bombín, su bastón y su bigote.

Este valioso cortometraje es la proyección que recibe a los visitantes de Chaplin en imágenes, en el CaixaForum Madrid, que recoge más de 250 documentos, fotografías y cortometrajes sobre el cómico y su personaje procedentes de los archivos de Chaplin Studios en Montreux (Suiza). El corto Carreras sofocantes muestra un Charlot muy diferente al que luego se convertiría en un símbolo mundial del humor en Luces de la ciudad y Tiempos modernos. En sus inicios Chaplin le dio a su álter ego una mueca desagradable.

Del éxito del cine mudo al compromiso social

La muestra recorre la trayectoria de Chaplin desde sus primeros éxitos en Hollywod con el cine mudo hasta sus últimas películas de los años cincuenta. Un itinerario que se puede recorrer fielmente gracias a la pasión recopiladora del propio Chaplin, que desde el principio almacenó todo tipo de documentación sobre su carrera profesional. ?Era consciente de que debía su notoriedad a su imagen y se preocupó de recoger todo lo que se escribía sobre él?, ha explicado hoy el comisario de la muestra, Sam Stourdzé, mientras describía la exposición a través de las salas del CaixaForum. "Se dijo en la época que era el personaje más conocido después de Jesucristo; y se dijo que en Asia incluso era más popular", ha añadido Stourdzé.

De cineasta a coreógrafo del humor

Paso a paso, el visitante conoce a Chaplin como cineasta. Como el director que quería controlar cada aspecto de sus películas, desde la interpretación a la banda sonora, pasando por la dirección y el guión. "Era un hombre orquesta de un rigor extremo", precisa el comisario, mientras se entusiasma ante una serie de fotografías que dejan constancia de la minuciosidad de Chaplin. Ilustran las horas de trabajos para una única escena. Eso sí, una escena clave. Es la del inicio de Luces de la ciudad, en la que Charlot es confundido con un millonario por una chica ciega.

"Chaplin se pasó tres meses para rodarla", subraya Stourdzé. "Consideraba que era clave para el resto de la película. Esa escena daría el tono del resto de la obra y era crucial, debía ser perfecta". Ese mismo rigor le llevó a eliminar un gag de varios minutos incluido en el metraje de Luces de la ciudad. Se trata de unos minutos inéditos que se pueden ver en la muestra por primera vez, según Stourdzé. En este gag, Charlot se enzarza con un pedazo de madera atascado en una rejilla en el suelo. La golpea una y otra vez para hundirla, pero el pedazo de madera se resiste. Una multitud de viandantes se congrega para entretenerse con el curioso tipo del bastón y el bombín. Chaplin fue implacable con esta escena y la suprimió de la película. "Consideraba que rompía el ritmo de la narración", explica el comisario.

Detalles iluminadores

Son detalles de este tipo los que permiten completar la imagen que se tiene del gran cómico británico y de su mayor creación. "La muestra pretende anclar de nuevo a Chaplin en la modernidad", insiste Stourdzé. El itinerario continúa frente a una serie con varias decenas de fotos en la que Charlot posa en varias de sus posturas más reconocibles. Se trata de la coreografía del humor que desarrolló Chaplin a lo largo de los años. Cada mueca, cada carrera y cada batacazo había sido depurado al milímetro. "Su comedia es un ballet, y usted, un bailarín", le espetó Vaslav Nijinsky, el prodigioso bailarín ruso, considerado uno de los mayores virtuosos de la historia de la danza.

El repaso a la vida de Chaplin se completa con un vistazo a su influencia en las vanguardias artísticas (del fotógrafo Erwin Blumenfeld al pintor Fernand Léger) y se detiene en su compromiso social. Tras alcanzar la cima en los años veinte con La quimera del oro y El circo, entró en los años treinta con una intensa conciencia social que le hizo criticar la mecanización del trabajo fabril (Tiempos modernos) y el ocio automatizado de las clases medias (Luces de la ciudad). Consiguió una cumbre de la sátira política con El gran dictador, que ridiculizó la indigencia moral del nazismo y el fascismo.

Perseguido por 'antiamericano'

Su compromiso social le costó caro. En plena Guerra Fría, el Comité de Actividades Antiamericanas le acusó de simpatizar con el comunismo. Mientras navegaba hacia Europa en 1952, la administración de EE UU decidió no renovarle el visado y Chaplin se exilió en Suiza con sus hijos y su esposa.

El periplo concluye con la muerte de Charlot. Chaplin siempre se resistió a hacer hablar a su personaje. Prueba de ello son el hilarante baile de los panecillos en La quimera del oro, en la que se confiesa incapaz de hablar, y en el alocado número musical de Tiempos modernos, cuando balbucea una lengua ininteligible. De este modo, se considera que el personaje de Charlot comienza a morir en el momento en el que su creador le hace hablar en el emocionante discurso de El gran dictador. Sus dos películas siguientes, Monsieur Verdoux y Candillejas, rubrican de manera simbólica la defunción del mayor icono humorístico de la historia del cine.

Chaplin en imágenes

La muestra se puede visitar desde el 2 de julio y hasta el 19 de octubre en el CaixaForum de Madrid, organizada por Obra Social ?La Caixa?.

Anunciada como la mayor exposición dedicada a Chaplin en España, Chaplin en imágenes llega a Madrid tras su paso por el CaixaForum de Barcelona, donde recibió más de 155.000 visitas