China teme que la Gran Muralla desaparezca en 20 años por las tormentas de arena
La destrucción de las barreras naturales como consecuencia de la industrialización y la contaminación han contribuido a aumentar la fuerza de los vientos
Es una de las mayores obras de la humanidad pero podría desaparecer en 20 años como consecuencia de las tormentas de arena que soplan cada vez con más fuerza en el norte de China. Las autoridades del país temen que la Gran Muralla perezca víctima del desarrollo industrial y del aumento de la contaminación, según ha divulgado la agencia oficial, Xinhua.
Las tormentas de arena han sido siempre una constante en el gigante asiático. Sin embargo, la destrucción de las barreras naturales, como bosques o montañas, que servían de obstáculo natural al viento y absorbían parte de la arena, han contribuido a aumentar la potencia de los vientos.
Pekín ha reconocido que las responsabilidades de este desastre son exclusivamente humanas. El empleo de "métodos muy agresivos de cultivos agrícolas" así como de pesticidas e insecticidas con una absoluta negligencia sobre los efectos de erosión y empobrecimiento del suelo fueron los primeros culpables. Además, la industrialización en las regiones septentrionales del pais ha concentrado producciones muy contaminantes como minas de carbón y siderurgia. El resultado ha sido la deforestación de una vasta zona entre la antigua Manchuria y Mongolia.
"Las tempestades cada vez más frecuentes no sólo erosionan las paredes de la Gran Muralla sino que pueden provocar derrumbamientos", ha explicado el arqueólogo Zhou Shengui al diario italiano La Repubblica. Entre los tramos más afectados se encuentra el de la provincia de Gansu que forma parte de la antigua Vía de la Seda.
La Gran Muralla China es una antigua fortificación construida en el siglo III a.C. durante la dinastía Qin para proteger al imperio de los ataques e impedir que los invasores entraran con sus caballerías.
