Colección de altemativas

Tres mil personas se reunieron en la sala Universal Sur, en Leganes, para asistir a la presentación en Madrid de Pixies, una inquieta y prestigiosa banda de Boston. LLeno total, como había sucedido 24 horas antes en Valéncia, y un público entusiasta que siempre reaccionó de forma muy favorable, pese a lo arriesgado de su repertorio.Pixies tocaron por espacio de casi dos horas, y formaron con sus canciones un bloque sonoro de vértices irregulares. En el comienzo del concierto la sensación de anarquía es total: las guitarras distorsionando sin aparente razón; la batería escapa de cualquier ritmo lógico y las voces se contagian de la locura general. Poco a poco los cuatro miembros del grupo se asientan, comienzan a sentirse cómodos en escena y van ofreciendo, en dosis prudentes, su colección de alternativas. Huyen desesperadamente de cualquier concepto que pueda acercarles al rock tradicional y al pop comercial.

La radicalidad del planteamiento inicial de su actuación fue asimilada sin problemas por un público ansioso por divertirse. Presentaron las canciones de su último disco, Bossanova, y recordaron viejos temas, manteniendo siempre una postura muy arriesgada. Con grupos así el pop-rock escapa del estancamiento.