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Bobby Deglane murió ayer en una clínica de Madrid

El más popular locutor de la posguerra sufría un proceso linfático irreversible

La historia profesional de Bobby Deglané en España se inicia en 1934 cuando llega a Radio Barcelona para cubrir la programación prevista en los años 1934-35. Venía precedido de su fama de comentarista de boxeo, de la modalidad catch-as-can (agarra como puedas), una de las más agresivas en este tipo de combates. Su misión en la emisora catalana era transmitir todos los acontecimientos deportivos del interior del país: boxeo, catch, lucha libre, baloncesto, etcétera.El éxito fue fulgurante y, a finales de 1935, le contrataron en Radio Madrid y la cadena SER para retransmitir los combates de catch desde el circo Price. "Entonces llegó la guerra y trabajé como corresponsal. Ya era figura popularísima y me conocían los soldados y generales", dijo en cierta ocasión Bobby Deglané.

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La guerra civil

En los meses anteriores a la guerra civil, Bobby Deglané había tenido una estrecha colaboración con la Falange, muchos de cuyos miembros actuaban, por entonces, como agentes provocadores, haciéndose pasar por anarquistas. Y ya estallada la guerra se enroló en el servicio de Prensa y Propaganda y fue enviado a los frentes del Sur, que dirigía el general Queipo de Llano, con una misión concreta: levantar la moral de las tropas franquistas, en emisiones especiales de radio.

Cuando en 1939, y en un alarde periodístico, se adelantó a las fuerzas de ocupación de la capital de España y tomó la Unión Radio de Madrid, se convirtió en el más conocido de los locutores de la radio española durante casi treinta años, formando a su alrededor una escuela de locutores que aun hoy forman parte de la élite de esta profesión.

Fundador del diario deportivo Marca, fue no obstante en la radio donde creó auténtica escuela. No solamente fue el creador de famosos programas, que a través de diversas emisoras de radio en diferentes épocas, obtuvieron la máxima audiencia en España -Cabalgata, Operación clavel, Quién cantó las cuarenta-, sino que también dirigió un espacio de Televisión Española Carrusel deportivo, en el que no destacó como había hecho en la radio.

Era tal su fama y popularidad, que llegó a recibir 35.000 cartas diarias, hasta el punto que en 1962 la revista Correos le definió como el Usuario Número Uno del Correo Español.

Maestro de locutores

En 1967, ya en el declive de su carrera, Deglané adoptó la nacionalidad española. Descubridor de estrellas de la radio como José Luis Pécker, Marisol Ayuso, Mario Cabré o Joaquín Prat, escribió asimismo varios guiones para el cine, debutando como actor en 1943 con la película Campeones. Su habilidad como comentarista le permitió ganar la maratón de la academia radiofónica de Floyd Bybbons de Nueva York, después de hablar ante los micrófonos durante siete horas y quince minutos.

En 1978, Bobby Deglané recibió un homenaje nacional y se le concedió la medalla al Mérito en el Trabajo, en su máxima categoría, como justo reconocimiento a su incansable labor radiofénica a lo largo de 48 años. Poseía también, entre otras condecoraciones, la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes, era comendador de la órden de Isabel la Católica y premio Antena de Oro.

En los últimos tiempos, Deglané sufrió varios y serios achaques. El pasado verano fue intervenido quirúrgicamente para extirparle el bazo a causa de un tumor.

En una de las últimas entrevistas que concedió, Deglané afirmaba: "Me muero, se que está cerca el final. Lo único que siento es no poder seguir sirviendo a lo que mas quiero, España".

Romper moldes

Para Juan Manuel Soriano, locutor de Radio Nacional de España en Barcelona "la muerte de Bobby significa una gran pérdida para la gran familia de la radíodifusión hispanoamericana. Fue un gran profesional y un buen maestro para todos nosotros. Era de aquellos que se hacen y, luego, rompen el molde. Por su corrección y sabiduría, por su profesionalidad nunca se le podrá olvidar. Yo no trabajé directamente con él, sino en convenciones y reuniones interprofesionales. Hoy pondré un crespon negro en mi emisora. Aunque debemos continuar siguiendo su ejemplo: su voz y su forma de hacer queda para siempre, en las ondas radiofónicas".

Otra voz también muy popular, la del veterano periodista radiofónico Juan Viñas Bona ha manifestado a este periódico que no llegó a conocerle directamente en su momento de gran éxito en Barcelona, porque "yo trabajaba entonces en Gerona. Pero coincidimos en algunos festivales, que presentamos conjuntamente. Yo diría que fue de entre los presentadores el que mejor dominaba la lengua. A pesar de ser sudamericano y poseer los trucos propios de allí, improvisaba y construía perfectamente en castellano. Tenía el don de la elegancia y la facilidad de palabra".

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