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Don Quijote se pone el 'kimono'

El cineasta Ah Gan prepara una adaptación cinematográfica del personaje cervantino ambientada en China e inspirada en los filmes de artes marciales

Don Quijote, Alonso Quijano, kimono en vez de armadura, enfrentado a templos orientales y no a molinos, inspirará la próxima película del director chino Ah Gan. Una adaptación salpimentada con toques de Kung- fu y ambientada, por supuesto, en China, a miles de kilómetros de la Castilla medieval del caballero más famoso de la historia de la literatura.

Ah Gan, que el año pasado ya sorprendió con una versión china de la película española Torremolinos 73, prepara un filme "cómico e irónico" en el que Don Quijote y su escudero Sancho Panza se dedicarán a "deshacer entuertos" por tierras chinas recorriendo diversos periodos de la historia.

El director, precedido por el éxito comercial de sus filmes, ha afirmado que pensó en una adaptación oriental del clásico cervantino porque el Quijote "es muy similar a la literatura china" y, aunque en lo externo paisajes y personajes sean diferentes, "en lo profundo hay cosas iguales", ha matizado.

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El rodaje comenzará a finales de 2008 y tanto Quijote como Sancho Panza tienen ya asignados a sus intérpretes: el actor Ge You, famoso por películas como Vivir o Un mundo sin ladrones, y Huang Po, respectivamente. La acción, novelas de caballerías aparte, donde abundarán efectos especiales con tecnología digital, comenzará en los años previos a la Edad Media europea y continuará hasta la revolución industrial.

Torremolinos y la censura

2007 fue el año de Tonterías de dos estúpidos, la adaptación firmada por Ah Gan de Torremolinos 73, producida por la compañía china Shenzhen Golden Cosat. Su éxito, no obstante, se vio ensombrecido por ciertos problemas con la censura y el puritanismo chinos que provocaron importantes cambios en el argumento.

Si en la obra original los españoles Javier Cámara y Candela Peña eran un matrimonio atrapado en la España franquista que grababa películas pornográficas para venderlas en Suecia, en la versión china los protagonistas filman una guía para el matrimonio en la que no hay escenas de sexo en los numerosos enredos entre el protagonista, un antiguo vendedor de enciclopedias, y sus actores. No falta, además, cierta denuncia social centrada en la crítica al hecho de que algunos cineastas ofrezcan papeles a sus actrices a cambio de sexo.

Ah Gan ha subrayado su interés por contar con instituciones españolas para llevar a cabo el proyecto, una de las primeras adaptaciones de un clásico hispano a la cultura china.

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