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Duato lanza un órdago a Cultura

El Ministerio rechaza sus condiciones para seguir en la Compañía Nacional de Danza a partir de 2011 - Exige ser director artístico y supervisor de la gerencia

Jesús Ruiz Mantilla

Después de 2011, Duato será historia para el Ministerio de Cultura. Incluso puede que antes. Ni la propuesta del director de la Compañía Nacional de Danza (CND) para seguir vinculado a la compañía a partir de ese año ni el ofrecimiento del ministerio parecen seducir a ninguna de las partes. Así que, en poco más de dos años -o menos, si Duato decide irse antes del final de su contrato-, el hombre que ha dirigido la compañía pública durante casi dos décadas abandonará sus cargos. No quiere medallas, ni tampoco honores. El Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música (Inaem) le propuso desde figurar como director honorífico hasta bautizar un teatro con su nombre. Él lo ha rechazado.

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Lo que Duato pretende parece inasumible: desde nombrar y tutelar al futuro director de la compañía a partir de 2011 hasta un nuevo contrato que contemple las condiciones de su trabajo y la explotación de sus coreografías. El desacuerdo está servido.

Todo empezó con el muy publicitado Código de Buenas Prácticas. La nueva modalidad implantada por el ministro de Cultura, César Antonio Molina, para elegir cargos dentro de las instituciones culturales levantó la liebre. Juan Carlos Marset, director del Inaem, el organismo del que depende la CND, aseguraba que en su departamento también se aplicaría el código. A partir de 2011, todos los responsables de cada núcleo serían elegidos por una comisión de expertos encargada de apostar por los mejores proyectos artísticos presentados a concurso.

También la CND: auténtico feudo del bailarín desde 1990. Duato, que se ha mantenido en el cargo con ocho ministros diferentes después de que le designara Jorge Semprún, puso el grito en el cielo. Pidió explicaciones, exigió reuniones. Amenazó con retirar sus coreografías -sobre las que tiene los derechos y la propiedad intelectual- montadas con dinero público. Trataron de calmarle, y desde entonces se han ido cruzando propuestas para decidir en qué situación quedaba el bailarín a partir de la fecha límite.

Los responsables políticos querían evitar un escándalo con él. Bien es sabido que cuando Duato habla los focos y la atención mediática se vuelven hacia él. Pero esta vez todo indica que están dispuestos a echarle el pulso. Todavía no hay una decisión definitiva tomada. Pero parece claro que el bailarín no va a conseguir imponer sus condiciones. Duato pretende continuar vinculado de una manera ejecutiva a la compañía, pero eso, según cuentan en el ministerio, "no se contempla".

La propuesta del actual director del CND es ambiciosa. Le gustaría que al cumplirse su actual contrato, vigente hasta junio de 2011, entrara en vigor otro diferente. Ahí viene el desacuerdo. Mientras que el Inaem le ha propuesto ser nombrado director honorífico, "a la manera, por ejemplo, que Frühbeck de Burgos lo es de la Orquesta Nacional", comentan en el ministerio, Duato quiere más poder ejecutivo.

El bailarín asegura "no entender qué significa exactamente ser director honorífico". A cambio propone quedar como director artístico y como supervisor de la gerencia de la compañía. Pretende, por supuesto, que su relación ya no sea exclusiva. Además, dos años de vigencia. El ministerio parece decidido a no concederle sus deseos. "Después de 2011 no se contempla nada con él. Más allá de esa fecha no hay nada negociable".

En Cultura confirman que Duato ha rechazado sus pretensiones. Que no quiere ser director honorífico. "Ha dicho que no", aseguran. Tampoco que el nuevo centro de la ciudad de las artes que va a construirse en Getafe lleve su nombre. El órdago de Duato parece definitivo entonces: todo o nada.

Está claro que el coreógrafo no desea prestar su nombre si no queda vinculado de manera férrea a la compañía. Una institución que, pese a ser al cien por cien pública, muchos denominan "de Nacho Duato". El artista no quiere paños calientes. Cree que respaldar proyectos futuros con su nombre es un engaño para el público.

Pero en el Ministerio de Cultura tampoco parece preocuparles que su contrato se rescinda antes de tiempo. "Se puede ir antes si quiere, en la medida que él lo considere oportuno...", comentan. No habría al parecer ningún inconveniente.

El patrimonio de las coreografías firmadas por él es un asunto inquietante por encima de los demás. Lo que parece claro es que todas las creaciones de su propiedad intelectual que se quieran montar a partir de su salida en 2011 deberán ser supervisadas por él.

Duato exige que sólo la CND monte sus coreografías. Ninguna otra compañía de danza dependiente del Inaem podrá trabajar con sus creaciones.

Nacho Duato, a la derecha de la imagen, durante un ensayo con la Compañía Nacional de Danza el año pasado.
Nacho Duato, a la derecha de la imagen, durante un ensayo con la Compañía Nacional de Danza el año pasado.CRISTÓBAL MANUEL

Casi veinte años al frente

- Nacho Duato, premio nacional de danza 2003, fue nombrado director del Ballet Nacional (más tarde Compañía Nacional de Danza) en 1990. Jorge Semprún era ministro de Cultura y Adolfo Marsillach, director del INAEM.

- Esperanza Aguirre, ministra de Cultura entre 1996 y 1999, intentó deshacerse de él. Tras una conversación con el vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato, Duato continuó.

- Ha sobrevivido a ocho ministros de Cultura, cinco del PSOE y tres del PP.

- Se despidió de los escenarios como bailarín en 1996. Volvió en 2007 a subirse al del Teatro Real para interpretar Alas.

- En 1999 creó la Compañía Nacional de Danza II para jóvenes bailarines.

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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