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EE UU señala de nuevo a España como paraíso de la 'piratería'

El Congreso aprueba la 'ley Sinde' con los votos de PP, PSOE y CiU

Daniel Verdú

Tras meses de enfrentamientos, polémicas y cadáveres en la cuneta, el pleno del Congreso de los Diputados aprobó ayer definitivamente la llamada ley Sinde, que intentará poner coto a las descargas en la Red sin autorización de contenidos protegidos por derechos de autor. Sin embargo, el acuerdo, que ni siquiera convence a la mayoría de protagonistas del conflicto -ni a los internautas ni a la industria, que ve la nueva norma demasiado farragosa-, llega tarde para evitar que otro año España esté entre los países señalados por el Departamento de Comercio de EE UU como nada recomendables para hacer negocios relacionados con la propiedad intelectual (cine, música, literatura...). Por quinto año consecutivo, la industria cultural estadounidense quiere que España esté en la temida Lista 301 que se publicará en abril.

El documento que se propondrá al Departamento de Comercio estadounidense, como reseñó ayer la RIAA (la entidad que aglutina a las principales discográficas estadounidenses), señala con dureza que el "mercado musical en España se haya evaporado ante los ojos del Gobierno, que permaneció impasible ante la piratería". Si bien apunta hacia un cierto optimismo por la aprobación de la flamante ley Sinde ("tras años de inacción, España está cerca de dar un importante primer paso para controlar la legislación en la Red"), el informe recuerda que, en los últimos cinco años, el mercado musical español se ha desplomado un 55%. Solo de 2009 a 2010 la caída fue del 22%.

Junto a España, el documento coloca también a países como China, Rusia, Canadá, Italia y México como poco fiables (dentro, claro, de la categoría de lugares donde existe mercado discográfico). La consecuencia de volver a aparecer en la lista, se temen algunos, son las sanciones comerciales y la espantada de las empresas estadounidenses que trabajan en nuestro país. Para salir de la lista, los países afectados deben entablar negociaciones con EE UU y mostrar sus progresos. De ahí, los permanentes contactos de España con el vicepresidente estadounidense, Joe Biden. De hecho, tal y como mostraban los cables filtrados por Wikileaks y analizados por EL PAÍS, la Embajada de EE UU decidió conocer de primera mano en junio de 2008 lo fácil que era descargar contenidos protegidos en webs españolas. Una de las principales preocupaciones de ese país es que la ley Sinde no actúe contra las webs P2P por no poderse demostrar el ánimo de lucro, como ya señalaba una circular de la Fiscalía General del Estado de mayo de 2006.

Para Antonio Guisasola, presidente de Promusicae (la patronal musical de España), "la aparición destacada del nombre de España entre los países menos respetuosos de la propiedad intelectual en todo el mundo constituye una deshonra nacional, no por reiterada y esperada menos dolorosa".

Y así, mientras desde el otro lado del Atlántico siguen viendo una bandera pirata ondeando en España, en el Congreso de los Diputados se aprobaban ayer las enmiendas contenidas en la Ley de Economía Sostenible, consensuadas por los dos partidos mayoritarios (PSOE y PP) y CiU con 323 votos a favor, 19 en contra de PNV, ERC, BNG, ICV, UPyD y CC y una abstención. La polémica, sin embargo, no cejará todavía, ya que los internautas se han mostrado radicalmente en contra de la ley y prometen seguir haciendo ruido, tal y como demostraron algunos de ellos el pasado domingo durante la gala de los Goya.

Una internauta se descarga música de la Red.
Una internauta se descarga música de la Red.GORKA LEJARCEGI
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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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