El Reina Sofía recuerda la figura del crítico Juan de la Encina

El Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid, presentó el miércoles la exposición Juan de la Encina (1883-1963) y el arte de su tiempo, con la que quiere recordar la figura de Juan de la Encina, seudónimo de Ricardo Gutiérrez Abascal, como crítico, historiador y museólogo, director del Museo de Arte Moderno durante la II República.En la exposición, montada en la tercera planta del edificio y abierta al público hasta el 7 de septiembre, aparecen testimonios documentales, como cartas, fotografías, libros y revistas, varios de ellos depositados en la Biblioteca Nacional, y 16 pinturas y cinco esculturas de Palencia, Gutiérrez-Solana, Echevarría, Anglada-Camarasa, Gregorio Prieto, Clará, Iturrino, Gargallo, Regoyos, Ferrant, Alberto Sánchez y Zuloaga, entre otros.

Estas piezas formaron parte de los fondos del Museo de Arte Moderno, en adquisiciones realizadas entre 1931 y 1936, siendo director Juan de la Encina. Este museo nunca tuvo edificio propio -hubo un anteproyecto del arquitecto Fernando García Mercadal- y durante unos años se estableció en los bajos de la Biblioteca Nacional, antes de pasar al edificio del Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC), en la Ciudad Universitaria de Madrid, embrión del actual Museo Nacional Reina Sofía. La mitad de las obras expuestas se exhiben en la colección permanente del museo y el resto permanece en los fondos almacenados.

Las cartas manuscritas de Valle Inclán, D"Ors, Ortega y Gasset, Azorín y Gómez de la Serna reflejan algunos aspectos biográficos de Juan de la Encina, que comenzó su actividad periodística en Bilbao. Su vinculación a esta ciudad se desarrolla en sus colaboraciones con la revista Hermes y su intervención en la exposición internacional de pintura y arquitectura de 1919, como miembro de compra de obras para el Museo de Bellas Artes de Bilbao. En 1920, publica La trama del arte vasco, que con motivo de la exposición de Madrid se ha realizado una edición facsímil. El montaje del Reina Sofía viajará en octubre al Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Juan de la Encina desarrolla su labor como crítico de arte en los periódicos La Voz, en donde colabora hasta 1931, y posteriormente en El Sol. Con la llegada de la II República, es nombrado director del Museo de Arte Moderno. En 1938 se exilia en México, donde desarrolla una extensa actividad docente y muere en 1963.