Emoción y lágrimas de homenaje a Pepe Rubianes
Se trata de recordar su sonora y franca risotada, sus onomatopeyas estruendosas y fulminantes, su mímica gigantesca y entrañable. Y al evocar todo eso quizá se desborde la emoción y alguna lágrima. En cualquier caso, desde el cielo (improbable, porque lleno de beatos es "un coñazo, vamos", como diría él) o desde el purgatorio, Pepe Rubianes, fallecido el 1 de marzo, agradecerá el acto de homenaje Rubianes somos todos que una veintena de sus colegas le dedicará hoy (21.30) en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Un evento que, con 13.500 entradas vendidas ayer sobre las 15.000 disponibles, va camino de ser la comedia de función única más numerosa en la ciudad.
Joan Lluís Bozzo, amigo del actor y director de Dagoll Dagom, la compañía de teatro que le lanzó a las tablas, es, junto a Pep Molina, el director del show que, entre otros, congrega a artistas tan dispares como Joan Manuel Serrat, Andreu Buenafuente, El Tricicle, Xavier Sardà, Martirio, Manel Fuentes, Lucrecia, Tequila, Ángel Pavlovsky y Carlos Latre. Todos desean rendir tributo a "un artista del pueblo que despertó muestras de duelo que abarcaron desde artistas hasta taxistas o dependientas; entonces pensamos en el homenaje", explica Bozzo.
Esa filosofía popular hizo que las entradas se colocaran entre 28 y 32 euros con miras a un espectáculo que sobrepasará las dos horas y media. El acto tiene otro guiño emotivo. La función hará de 13ª edición de la gala que organiza la Fundación Padre Manel de ayuda a niños de barrios desfavorecidos de Barcelona y de la que Rubianes fue impulsor. Otra parte de la recaudación irá a la fundación que lleva su nombre para proyectos solidarios en África. Así reía Rubianes.
