Encuentro con Rueda en Oporto
La ciudad portuguesa inaugura un museo del artista abstracto español
Como en Oporto conversan el Atlántico y el Duero, en Gerardo Rueda (Madrid, 1926-1996), uno de los mayores exponentes de la abstracción española del siglo XX, dialogaban maestros (Fra Angélico, Bellini, Velázquez o Goya) y coetáneos: Zóbel, Carmen Laffón o Antonio López. De este encuentro de corrientes y amigos resulta el Centro de Arte Moderna Gerardo Rueda que se inauguró ayer en Matosinhos, al sur de la ciudad.
El presidente de su fundación, José Luis Rueda Jiménez, hijo y heredero del artista, estaba exultante: "Con esta exposición y este centro por fin he dejado de sentir la angustia por desprenderme de las obras". En ese trance le acompañaron el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, y el expresidente del Gobierno español, José María Aznar -admirador confeso del pintor-. Fueron los encargados de inaugurar este nuevo eje artístico de 40.000 metros cuadrados repartidos en un conjunto de dos edificios y un jardín escultórico, que albergan 500 obras que Rueda Jiménez ha prestado al distrito.
El edificio principal, reformado ex profeso, alberga la exposición permanente: "He hecho una selección de sus cuadros figurativos, sus grises, maderas, caligrafías y cerillas", explicaba el martes por la tarde Rueda en un recorrido previo organizado para periodistas. Este primer espacio, además de presentar al homenajeado en 15 obras -aún faltan otras 17 por mostrar- camina de la mano y el pincel de Gerardo Rueda.
El grupo de Cuenca, con obras de Eusebio Sempere y Gustavo Torner, entre otros, abre la colección permanente que se disemina en feitos, sevillas, sauras, gordillos y chirinos que el artista adquirió, intercambió o recibió como regalo de sus compañeros. Pequeñas joyas como un dibujo de Antonio López o una carpeta de litografías sobre las que Miró pintó acuarelas en tributo a Picasso, brillan en este espacio del edificio principal, que en una sala anexa programará cuatro exposiciones al año, comenzando con el artista portugués Noronha da Costa.
El heredero del artista ha establecido un acuerdo de tres años con la Cámara de Matosinhos, prorrogable otros cinco, que comprende el préstamo de las obras, una partida económica anual que no quiere precisar, y un porcentaje de los beneficios obtenidos por las entradas que, a partir de las 100.000, tendrá que repartir con el organismo local.
Además, el hijo y heredero de Gerardo Rueda adelantó que expondrá en Madrid -el lugar se desconoce por el momento- el trabajo de dos artistas locales, Augusto Gómez y Antonio Carneiro. Tal vez, en el futuro Museo Gerardo Rueda, un proyecto que José Luis persigue desde hace años.