_
_
_
_
_
Reportaje:

Enseñanzas de un rockero chicano

El artista de culto Alejandro Escovedo actúa por primera vez en España

Un héroe de culto: eso era Alejandro Escovedo (San Antonio, 1951) en 2003. No vendía, pero podía presumir de influencia. Incluso la revista No Depression, biblia de eso que llaman americana cuando quieren hacer música de raíces estadounidenses tamizada con actitud punk le había distinguido como el artista de la década de los noventa. Hasta que una hepatitis C y la falta de seguro médico casi mandan todo al traste. Solo le salvó la ayuda de sus amigos músicos, que grabaron un memorable álbum de tributo. "Tuve un sentido real de la mortalidad, y pensaba que nunca más sería capaz de escribir una canción. Cuando me repuse, fui consciente de cuántas cosas me quedaban por decir. También por hacer", confiesa el cantante y compositor tejano, que a su racha de discos espléndidos del último lustro añade ahora su primera visita a España, "una cuenta pendiente con la cultura de mis mayores". Tocará hoy en Barcelona.

"Cuando tuve que dejar la bebida, lo vi claro: la música es lo que me importa"

Escovedo, hijo de inmigrantes mexicanos y hermano del legendario percusionista de latin jazz Pete Escovedo, siempre ha cantado en inglés. "No domino el español. No me siento orgulloso de ello, pero en la California de mi infancia, donde me crié, no existían las escuelas bilingües. Y enseguida me vi expuesto a la cultura del rock and roll".

¿Pero qué convierte a este hombre, capaz de sobrevolar las miserias de la integración y la sanidad, en un creador intransferible? Él atisba una respuesta: "Hacer en cada disco algo parecido pero con distintos estilos, siempre fiel a la canción, lo más importante, intentando contar historias y ser honesto sobre mis sentimientos. Cosas que no todo el mundo practica".

Confirmó su embrujo, que encandila a una legión de fieles, en The boxing mirror, variopinto álbum de 2006. Luego lo subrayó Real animal, el disco de 2008, un relato sobre su vida anterior en bandas, del punk de The Nuns al rock enraizado de True Believers. Y la reválida de tan formidable momento de forma, el flamígero Street songs of love, daba una vuelta de tuerca a lo personal hace un año: "Naufragó mi tercer matrimonio al enamorarme de otra. La ruptura y el alejamiento de mi hija motivaron esas disquisiciones sobre el amor". Hablamos de piel curtida: los largos iniciales de Escovedo recogían la perplejidad por el suicidio de su primera mujer tras la separación.

Street songs of love reúne toda una pléyade: Tony Visconti, reputado productor del mejor Bowie, en los controles; Chuck Prophet como compositor asociado e Ian Hunter y Bruce Springsteen, con el que Escovedo comparte representante, en sendos duetos. Y con los dos primeros, esenciales también en Real animal, afronta su tercera colaboración. "Un nuevo álbum, ya casi preparado, con ritmos de distintos tipos y temática principal: la destrucción del mundo tal como lo conocíamos. La noticia de los 35 cadáveres arrojados a la carretera por los narcos mexicanos y otras similares parecen servir de entretenimiento, como si la humanidad ya no conociera la compasión", se lamenta.

Quizá con este capítulo se cumpla al fin lo augurado por The New York Times y Escovedo obtenga la gran repercusión que merece. "Siempre dicen lo mismo con cada disco", ironiza. Aunque lo haga sin amargura: "Lo peor sería venirse abajo y dejar de tocar. De joven, hay otro peligro: creer que estás en esto por las mujeres, el alcohol o las drogas. Cuando tuve que dejar la bebida, lo vi claro: la música es lo único que me importa".

El músico estadounidense de origen mexicano Alejandro Escovedo.
El músico estadounidense de origen mexicano Alejandro Escovedo.MARINA CHÁVEZ
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_