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La reedición de una destacada novela fascista española desata la polémica

Los expertos discrepan sobre 'Madrid, de corte a cheka', de Agustín de Foxá

Andrés Fernández Rubio

La reedición de la novela de Agustín de Foxá (Madrid, 1906-1959) Madrid, de corte a cheka, considerada entre las mejores del fascismo español, ha despertado la vieja y dormida polémica sobre qué actitud adoptar ante esta literatura. Mientras que escritores como Juan Marsé abominan de la "baba repugnante" que destila Foxá, editores como Pere Gimferrer y Andrés Trapiello defienden la recuperación de estas obras de acuerdo a sus méritos literarios. El profesor Julio Rodríguez Puértolas incluyó a Giniferrer y Trapiello en un libro sobre autores fascistas, identificando a recuperadores con recuperados, hecho que Trapiello considera demencial.

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Rodríguez Puértolas cree que la novelística de ese periodo es malísima y que resulta difícil superar la barrera ideológica de "un catálogo de horrores" como Madrid, de corte a cheka.

¿Cobra prestigio la camisa azul o la reedición de los fascistas normaliza los catálogos literarios y las obsesiones sociales? Un portavoz de la editorial Planeta indicó que la reedición de la obra de Foxá obedece tanto al "mérito literario" como a motivos de oportunidad comercial, ya que hay en proyecto una película basada en la novela. En el centenario del nacimiento de Franco (el pasado 4 de diciembre), Planeta editó títulos tanto de los franquistas Fernando Vizcaíno Casas y Ángel Palomino como del antifranquista Manuel Vázquez Montalbán.

Ahora, la editorial ha puesto a la venta 5.000 ejemplares de la novela de Foxá, un relato del paso de la monarquía a la república y a la guerra civil desde la visión "del Madrid reservado para los señoritos, para los ociosos de la gran peña", dice el historiador Santos Juliá. "Todo ese Madrid de las calles del centro, al que no había accedido el pueblo bajo ni las masas populares. Eso es lo que mejor refleja esa novela: al autor le resulta insoportable que los milicianos se sienten en las aceras y los veladores de la Gran Vía". '

Santos Juliá no ve ninguna intencionalidad, salvo la comercial, en la vuelta al mercado de Madrid, de corte a cheka, que ha coincidido, en pocos meses, con la publicación de los poemas fascistas de Manuel Machado (Poesía de guerra y posguerra). "La transición tendió un manto público sobre todo eso, se hizo sobre el olvido del pasado y con el propósito de no repetir errores", dice Juliá. "Falta un debate público y político sobre nuestro pasado y puede que algún avispado editor trate de llenar ese vacío. Pero ésta es una idea muy rebuscada, porque creo que Planeta lo que intenta simplemente es vender".

Andrés Trapiello, como director literario de Trieste, editorial de trayectoria izquierdista, recuperó en 1983 y 1984 los libros Las aguas de Arbeloa y Rosa Krüger, del dirigente falangista y escritor Rafael Sánchez Mazas. El polifacético Trapiello, también considerado uno de los genuinos fundadores de la movida madrileña, fue estigmatizado tras esas ediciones e incluido en la obra sobre autores fascistas de Rodríguez Puértolas.

"Creo que la beatería de izquierdas no es peor ni mejor que la de derechas", dice Andrés Trapiello. "Es la misma. Hace diez o doce años, en España podía uno haber editado a Unamuno, a Jiménez Fraud, a María Zambrano, a Ramón Gaya o a Gutiérrez Solana, pero como se te ocurriera editar las obras literarias de Sánchez Mazas o publicar un artículo sobre Agustín de Foxa, ibas aviado. Si te acercabas a ellos, siempre había un demente, medio catedrático medio comisario político, que te quería colgar a ti el sambenito de fascista".

Julio Rodríguez Puértolas, profesor de Literatura Española en la Universidad Autónoma de Madrid y autor de dos voluminosos tomos sobre Literatura fascista española (Akal, años 1986-1987), se niega a hablar de la inclusión de Trapiello en su libro. Pero Rodríguez Puértolas reconoce que quizá ahora no sería tan radical, porque entonces le parecía "peligroso" que la gente "intentara recuperar valores puramente fascistas". "Quizá ahora no provoquen nada y quizá sea hasta correcto desde el punto de vista histórico. Porque una novela como ésa [Madrid, de corte a cheka] es tan absolutamente brutal que a cualquiera que la lea le va a descubrir un mundo absolutamente reprobable en todos los sentidos".

Loa a los nazis

El poeta y académico Pere Gimferrer, que ya en 1983 publicó un artículo sobre la literatura de la posguerra en el que se hablaba de Foxá, opina que Madrid, de corte a cheka es un libro "muy re levante" desde el punto de vista literario. "Lo raro no es que se publique, sino que no estuviera en el mercado, lo que es anómalo tratándose de un libro de calidad literaria. Creo que no estaba por razones comerciales, no Ideológicas, porque no fue un éxito de público".

Julio Rodríguez Puértolas dice que alguien como Foxá destaca entre la mediocridad, lo mismo que en poesía brilla Dionisio Ridruejo, autor de una loa a los nazis en la batalla de Stalingrado. Y subraya que muchos de los intelectuales de los años cuarenta o cincuenta fueron falangistas en un momento u otro. Y cita a Eugenio D'Ors, Leopoldo Panero, Antonio Tovar, Gonzalo Torrente Ballester, Pedro Laín Entralgo, Luis Rosales o José Antonio Maravall.

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