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63ª FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Ferran Torrent se sirve del humor y la acidez para retratar la Valencia del PP

El escritor Manuel Vicent augura el gran salto al castellano al autor de 'Especies protegidas'

La presentación, ayer, de Especies protegidas (Planeta), segunda novela de la trilogía valenciana de Ferran Torrent (Sedaví, 1951), se convirtió en un lujo: Manuel Vicent, en el papel de periodista, preguntando a su colega, y ambos trazando un panorama de la Valencia del PP. Negocios, especulación, la connivencia del fútbol con la política. De todo esto habla Torrent en su novela. Si la primera, Sociedad limitada, es dura, ésta la supera, aunque predominan la ironía y el humor. "La Valencia de los últimos ocho años no es que haya sido del PP, es que es de Zaplana", dijo Torrent.

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"Ferran Torrent es un fenómeno", afirmó Manuel Vicent. "Es un narrador nato. Hay escritores que se cuelgan de los verbos y otros de los adjetivos. Torrent es de los verbos. Son los propios personajes de sus novelas los que se definen a través de la acción y del diálogo. Va directamente al grano".

Torrent escribe siempre en catalán y luego sus novelas son traducidas al castellano. "Es muy popular en Cataluña y gracias a eso, por el complejo típico valenciano", ha triunfado también en su tierra. "Tiene éxito, es popular y cae bien a los lectores". Vicent admitió que no es fácil el salto del catalán al castellano. "A un gallego, como Manuel Rivas, le ha ido muy bien. O a Bernardo Atxaga. Pero no se ha producido todavía ese gran éxito en catalán que atraviese la barrera del sonido. Torrent lo conseguirá", dijo.

Especies protegidas, según Vicent, es una historia palpitante, escrita a partir de hechos reales, "temas candentes de la sociedad valenciana, pero que la trasciende, porque los tipos que describe están en todas partes".

Vicent señaló "las concomitancias" entre Torrent y Blasco Ibáñez, las "novelas regionales" de éste aparte. "Tiene su forma de enfrentarse a la sociedad desde el anarcoerotismo o el trotskoerotimo". En Especies protegidas, "la política, las inmobiliarias, los sobornos se amalgaman con el fútbol. El palco del Valencia es un circuito eléctrico donde se producen conexiones explosivas". "En la novela, el fichaje de un crack es el punto de conexión de una serie de intereses que al final estallan".

"Es una novela marinera", concluyó Vicent, "porque, aunque a Ferran no le guste mucho el mar, salen muchos tiburones, tiburones de asfalto".

Torrent agradeció las palabras de Vicent. "Espero que se cumplan y estás invitado". El escritor valenciano, autor de la inolvidable y popular serie del investigador Butxana, dejó muy claro que, aunque se trata de una trilogía, las novelas se pueden leer de manera independiente. Cuando publicó Sociedad limitada, su objetivo era profundizar en la sociedad valenciana. La dejó en 300 páginas, aunque tenía 600. Si tenía éxito, se dijo, continuaría con una serie. Lo tuvo y mucho. "Buena crítica y premios, pero, sobre todo, el éxito fue mérito de Zaplana. Rezo porque el PP dure cuatro años más en Valencia, si no no sabré cómo acabar la trilogía". Aunque ya sabe el tema de la tercera: los jueces.

"Has retratado la Valencia de los facinerosos, ¿saldrá el fondo del armario de Zaplana?, ¿llegará a los juzgados?", le preguntó Vicent. "Es muy listo, quizá demasiado listo. Supongo que el resto de España se dará cuenta de lo que hemos sufrido los valencianos", respondió. "Terra Mítica, por ejemplo, es un invento de Zaplana. Cuando se levanten las alfombras saldrá de todo menos ratas".

¿Le ha invitado Zaplana a su casa del paseo de la Castellana, de 500 metros cuadrados y de tres millones de euros? ¿Cree que se lo puede pagar?, le preguntó un periodista. "Es un hombre muy ahorrador", contestó Torrent. "Me invitó dos veces cuando estaba en Valencia. La primera, por cortesía, le llevé un libro mío. Me dijo que no había leído ninguno. 'Yo tampoco le he votado', le respondí. Así que estamos en paz. Cada vez que ha habido un cambio de Gobierno la ha pagado la cultura: que no pase, le comenté". La segunda vez que se encontraron, todo había ido a peor. No volvieron a verse. Lo mejor de Especies protegidas es que todo este trasfondo está contado con mucha acción y pasión. El lector queda atrapado.

Ferran Torrent (a la derecha) y Manuel Vicent, durante la presentación de <i>Especies protegidas</i>.
Ferran Torrent (a la derecha) y Manuel Vicent, durante la presentación de Especies protegidas.BERNARDO PÉREZ

El francotirador se retira del manifiesto de Sant Jordi

A primeros de mayo se hizo público en Barcelona el manifiesto El drac es menja a Sant Jordi (El

dragón se come a Sant

Jordi), en el se criticaba la "españolización" del día de Sant Jordi. Firmado por ocho escritores, entre ellos Ferran Torrent, causó estupor.

En su presentación, el ganador del Premio Ramon Llull (Planeta) de este año, Alfred Bosch, resumió las dos razones del descontento de los ocho escritores: el carnaval en el que se ha convertido el Día del Libro y la poca atención que los medios de comunicación dedican a la literatura en catalán, frente al alto seguimiento que reciben las obras en castellano. "No recordamos que se haya vivido nunca un fenómeno comparable de banalización del universo del libro catalán. El mundo editorial se ve incapaz de reaccionar ante el impacto de los medios: muchos medios están atrapados por la inmediatez de las audiencias. [...] A menudo se invocan las fuerzas del mercado como explicación, pero es evidente que tales fuerzas no respetan siempre las reglas del juego limpio", se dice en el manifiesto, que exculpa a las editoriales y ataca a los medios.

En la presentación del manifiesto, también salieron malparados los autores "mediáticos".

Torrent lo firmó. "No lo había leído, me lo comentaron por teléfono. Estaba conduciendo por el centro de Valencia. Me dijeron que iba a favor de los escritores en catalán". Le pareció bien, pero les dijo explícitamente que no se atacara a los denominados "mediáticos".

Cuando leyó el manifiesto y lo que se publicó en la prensa, Torrent retiró inmediatamente su firma. "Si es que, además, yo soy un francotirador. Nunca firmo manifiestos. Hace siete u ocho años me fui de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana y del PEN catalán, no porque tenga nada contra ellos, sino porque prefiero ir por libre".

El manifiesto impulsado por Alfred Bosch fue firmado por Gemma Lienas, Baltasar Porcel, Carme Riera, Robert Saladrigas, Isabel-Clara Simó y Emili Teixidor, además del autoexcluido Torrent.

"Una vez estuve firmando al lado de uno que hacía de mariquita en la televisión. Otra vez me tocó como compañero otro que interpretaba a un actor pornográfico. Aunque no tenga nada en contra de ellos, creo que es brutal que la fiesta literaria sirva para eso", dijo Porcel en la presentación del texto.

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