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Reportaje:

La Filmoteca quiere recuperar la cultura del cine

Desde hace un año espera que se cumpla una ley aprobada por el Parlamento

Una ley del 27 de febrero del pasado año -la misma por la que se regulan las denominadas salas X, para la exhibición de "las películas de carácter pornográfico o que realicen apología de la violencia"- transformó a la Filmoteca Nacional en Española y en organismo autónomo. La disposición final primera de la citada ley establece que en el plazo máximo de seis meses debe elaborarse un reglamento del organismo autónomo Filmoteca Española. Disposición que, vencido con creces aquel plazo de tiempo, no se ha cumplido y que prorroga, de momento, la precaria situación de este órgano, dependiente de la Dirección General de Promoción del Libro y Cinematografía, del Ministerio de Cultura.

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Descentralización y programación autónoma

Cincuenta empleados, de los que ocho son funcionarios y el resto contratados, tratan de vencer la poca generosidad de la Administración de recuperar, conservar y difundir todo lo que se refiere al cine español, pensando más en las generaciones futuras, que quizá valorarán y obtendrán mejores enseñanzas de la historia de nuestro cine.

El cine, al margen de que no todas las películas sean obras de arte, es también un documento que refleja la cultura de los países, personas y épocas que han producido las películas. Las filmotecas de todo el mundo tienen por fin, como los museos, los archivos y las bibliotecas, preservar para las generaciones presentes y futuras este patrimonio cultural que, con el tiempo, es también fuente indispensable para el conocimiento de nuestra historia. Películas que nos hablan de un mundo, de unas costumbres, de una sociedad que ya no existe.

Archivos

La Filmoteca Española custodia alrededor de 11.000 películas en latas que contienen aproximadamente 45.000 rollos de celuloide. La proyección de un rollo en el formato de 35 milímetros tiene una duración de diez minutos. Algo más del millar de latas contienen película negativa. La mayoría de las obras -casi 7.000 títulos- son de producción española. Estas cintas se conservan en el antiguo local que servía de plató a la Escuela Oficial de Cinematografía, en la Dehesa de la Villa (Madrid). Desde finales de año se han incorporado también a la Filmoteca los fondos del antiguo organismo Noticiarios y Documentales Cinematográficos (NO-DO), si bien estas películas siguen depositadas en las dependencias que RTVE tiene en Madrid.

Algunas de las latas que conserva la Filmoteca llevan un rótulo que dice: "Cortes de censura". Fueron depositadas en 1979 por el Ministerio de Cultura, y contienen los despojos que han dejado los censores. Otro depósito de censura está en la Filmoteca de la Generalitat, pero el ministerio sigue conservando en Madrid gran parte de los cortes efectuados durante el pasado régimen. Uno de los trabajadores del archivo dice que aquello resulta muy difícil de clasificar y de restituir a la versión original. Hubo épocas en que cortaban sólo tacos, dice, y uno se encuentra con un coño en boca de un actor, o con una actriz que tiene un escote por debajo de los centímetros reglamentarios, o con un pedazo de anatomía que no siempre resulta fácil asignar a un intérprete. Piensan incluso en la Filmoteca montar esta herencia que les dejaron las anteriores direcciones generales y organizar sesiones para solaz y vergüenza de unos y de otros.

En el campo, a unos cien metros de este edificio, hay un recinto vallado que semeja un refugio antinuclear. Lo llaman el voltio, según la jerga internacional del cine. Un local subterráneo que contiene 700 rollos de nitrato, el antiguo soporte de nitrocelulosa, inflamable, que contiene las imágenes. Se trata, en su mayoría, de cintas españolas que ya han sido pasadas a soporte de seguridad (safety). Están en este recinto de hormigón para evitar que cualquier día se produzca una desgracia. Su peso es de 2.100 kilogramos. Las películas de nitrato pueden entrar en combustión espontánea a una temperatura de 40º centígrados. Veinte toneladas de película de nitrato arden en tres minutos a una temperatura de ignición de 1.700º. Todas las películas se hicieron en este soporte de nitrato hasta 1950, en que fue sustituido por una base de acetilcelulosa, comúnmente llamada de acetato o seguridad.

"Y todos los años se produce alguna catástrofe en el mundo", comenta Florentino Soria, el director de la Filmoteca Española. "La última se produjo en la filmoteca de Sao Paulo, donde se perdieron algunos de los primeros Buñuel. El verano pasado se incendió la de México, que causó la muerte a numerosas personas y la pérdida de casi todo el fondo de la filmoteca. Hace dos años ardió una filmoteca de París. Medio cine español desapareció en los incendios de Madrid Films y de Riera. Todas las filmotecas tienen este problema. Afortunadamente, nosotros hemos pasado a acetato casi todas las películas de nitrato. Nos han dicho que en Viena necesitarían cien años para pasar todos sus fondos. Gran parte de nuestro presupuesto lo dedicamos a rescatar las cintas de nitrato: hay que hacer un contratipo o un dup negativo para luego obtener una copia positiva, y esto nos cuesta una media de 500.000 pesetas por largometraje. Se cree", añade Soria, "que el 80% de todas las películas de la época muda que había en el mundo ha desaparecido para siempre".

La descomposición del celuloide

Las viejas películas de nitrato que todavía no han quemado, es decir, los primeros cincuenta años de la historia del cine, están condenadas a desaparecer irremediablemente. La descomposición del cine puede retrasarse, pero es inevitable. Así lo explica un folleto de la Federación Internacional de Archivos de Filmes (FIAF): "La imagen de plata se desvanece y la emulsión se torna parda. La emulsión se vuelve pegajosa". Después, las tres y últimas fases de esta agonía: "La emulsión se reblandece parcialmente (formación de miel); se llena de burbujas y emite un olor picante. Toda la película se convierte en una masa sólida. La base se desintegra en un polvo parduzco que desprende un olor picante".

Así de perecedera y fungible es la mercancía del cine, que ni siquiera respeta a las más altas glorias del celuloide. Hace poco, el director norteamericano Martin Scorsese denunció el proceso de descomposición del cine en color: El gatopardo, de Visconti, se había convertido en gato rosa. Las películas modernas de color viran irremediablemente hacia el magenta.

La tasa de decoloración es distinta según el tipo de película: los pigmentos azul y verde han sido los primeros en desaparecer; el riesgo es mayor ahora para los pigmentos amarillos. Sus enemigos son los mismos que los de las películas en blanco y negro: la temperatura, la humedad, la luz, residuos químicos, óxidos de nitrógeno, gases, bacterias y hongos.

La Filmoteca, además de conservar los fondos que tiene -cada año ingresan alrededor de mil películas nuevas-, se preocupa también de adquirir a terceros -coleccionistas, anticuarios, autores, familiares y descendientes de los pioneros- películas españolas que corren el riesgo de perderse para siempre.

"Estamos a punto de obtener la primera película sonora que se rodó en España, Los misterios de la Puerta del Sol, de Francisco Elías (1929-1930). La tiene una señora de Burgos, pero no podemos dar muchos detalles", comenta Florentino Soria. "En un cine de Candás, en Asturias, encontramos la película Mieres del camino, de cuya existencia no teníamos conocimiento, ya que no estaba catalogada en ningún sitio. Un amigo uruguayo ha descubierto en Montevideo una copia de La hermana San Sulpicio, de Florián Rey, que nosotros creíamos perdida para siempre; una versión de Bodas de sangre interpretada por Margarita Xirgu y Viaje a Júpiter, de Segundo de Chomón, rodada en 1909. Esta misma mañana hemos localizado otra película española de 1928. En Alicante hay un señor que tiene la mejor colección del mundo de Carlos Gardel. Hace poco hemos pagado, con la colaboración de la filmoteca de Zaragoza, diez millones de pesetas por 24.000 metros de película del operador Antonio Tramullas. Un vendedor ambulante de Orense nos vendió recientemente, después de mucho regateo, veinticuatro películas de los años treinta y cuarenta, con abundante material inédito sobre la guerra civil. Están, entre estas películas localizadas en Galicia, Ave sin rumbo (1933), El desaparecido (1934), El trecemil (1941). El pasado año se adquirieron 91.074 metros de documentos sobre los exiliados españoles en México. Pagamos a veces con dinero de nuestro bolsillo, porque sí tuviésemos que esperar los trámites burocráticos perderíamos muchas ocasiones. Encontramos en Málaga unas películas británicas, de 1901, de Robert W. Paul, ejemplares únicos en el mundo. Pero nuestro principal objetivo es recuperar y conservar el cine español. Y en esto no somos selectivos, porque es preferible tener una película española, aunque sea mala, que una extranjera por muy buena que sea. Los miembros de la FIAF tienen por norma salvaguardar ante todo los patrimonios propios de cada país. Nuestro objetivo es además elaborar un inventario general del cine español. Conservamos todo el cine español producido desde 1964, fecha en que el Estado obligó a los productores a depositar aquí una copia de las películas acogidas a la protección oficial, que son la absoluta mayoría de las que se realizan".

Joyas para un museo

La Filmoteca tiene cuatro principales actividades: el archivo, que depende de Carlos Serrano de Osma; el departamento de investigación y recuperación, cuyo responsable es Ramón Rubio; una biblioteca, que depende de Dolores Devesa, y el departamento de difusión y programación, a cargo de José María Prado. El departamento de recuperación ha adquirido en estos últimos años cerca del millar de aparatos e instrumentos de cine: linternas mágicas, zootropos, cámaras primitivas de fotografía y de cine -entre ellas, una de las primeras que utilizaron los hermanos Lumière, fechada en 1896-, proyectores, maquetas, etcétera. Junto con estas primitivas cámaras, algunas de ellas en perfecto estado de conservación, se encontraron treinta películas Lumiére, fechadas entre 1896 y 1898.

La biblioteca de la Filmoteca es la más importante de España en su especialidad. A ella acuden todos los años especialistas extranjeros que están investigando el cine español. Tiene un fondo de 6.139 libros; 10.000 folletos y recibe anualmente alrededor de 150 publicaciones periódicas especializadas de todo el mundo; dispone también de un importante fondo de antiguas revistas españolas de cine; Arte y Cinematografía (que empezó a publicarse en 1913) es la más antigua de las publicaciones españolas que allí se conservan. La fototeca cuenta con más de 200.000 documentos gráficos, 12.000 carteles y 6.000 programas de mano.

Todos estos servicios están, gratuitamente, a disposición del público. Tan sólo se cobran las peticiones de copias de fotografías en blanco y negro al precio de 200 pesetas la unidad. La biblioteca fue consultada en 1982 por 2.910 lectores. Se proyectaron a 104 investigadores, durante el pasado año, un total de 452 películas en pases personales o en moviola.

La Filmoteca fue durante los años del franquismo el único lugar donde los cinéfilos pudieron contemplar gran parte de las obras que por razones políticas fueron vetadas para su exhibición en los circuitos comerciales. Hoy sigue cumpliendo una importante misión en la divulgación del cine. Durante el pasado año fueron organizadas 1.905 sesiones en Madrid y Valencia y fueron prestadas 693 películas a. distintas filmotecas, festivales, universidades, cineclubs y otros organismos.

"Nestros ciclos de programación se orientan hacia tres principales campos", afirma José María Prado. "Por una parte, el cine español de todas las épocas. Por otra, el cine clásico, y por último, las cinematografías de vanguardia, aquellas que, por distintas razones, padecen de algún tipo de censura económica en nuestros circuitos comerciales de exhibición; se trata casi siempre de cinematografías marginales o minoritarias, desconocidas del gran público".

La Filmoteca no dispone de sala propia en Madrid y ha tenido que cambiar de sala cinco veces en menos de diez años. Actualmente tienen problemas con la sala del Círculo de Bellas Artes de Madrid, como la falta de calefacción del local en algunas sesiones. La Filmoteca ingresa, por taquilla, alrededor de once millones de pesetas al año, según Florentino Soria.

La Filmoteca tiene un presupuesto anual de 121 millones de pesetas: sesenta millones se destinan a la conservación del patrimonio cinematográfico español, y 61 millones, a las instalaciones, equipos y mantenimiento. El director tiene categoría, dentro del escalafón administrativo, de jefe de sección, con un sueldo de 100.000 pesetas mensuales y 37 años de antigüedad en el cuerpo de funcionarios. La remuneración más alta de los trabajadores, el nivel uno, es de 70.000 pesetas mensuales. La mayoría de ellos espera todavía que se regularice su situación. El presidente es el director Luis G. Berlanga.

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