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Flotats: "Descartes tiene demasiado 'seny' para mí"

El actor vuelve al Lliure 32 años después en el papel del filósofo

Hace la friolera de 32 años, Josep Maria Flotats (Barcelona, 1939) protagonizó en el Teatre Lliure de Gràcia La vida del rei Eduard II d'Anglaterra, de Marlowe-Brecht, con dirección de Lluís Pasqual ("vull el meu Gavestone!"). Nadie que lo viera entonces —y más si tuvo la oportunidad de departir luego con él y era un joven e impresionable aprendiz de actor como quien firma estas líneas— olvidará la energía , vitalidady fisicidad casi animal de aquella interpretación magistral de aquel Flotats. La luna de miel de Flotats con el Lliure fue breve y ha quedado interrumpida más detres décadas, pero ayer, por fin, con otro interlocutor (Álex Rigola), otro teatro (en Montjuïc), un panorama que ya ni te digo lo diferente que es, y llevando bajo el brazo el celebrado montaje El encuentro de Descartes con Pascal joven (en castellano), que él interpreta (con Albert Triola) y dirige, se reanudó el idilio.

Flotats, un Flotats mayor, que ha pasado por numerosas vicisitudes incluidos el autoexilio y el abraonament de un consejero, que ya es trance ("no se puede concebir nada tan extraño o no plausible que no haya sido dicho por un filósofo u otro", dijo, precisamente Descartes), vuelve al Lliure convertido en pensador (pero no se fíen: el leopardo conserva sus manchas). Pelo larguísimo —Descartes oblige—, perilla y bigote de mosquetero (no en balde los de El encuentro de Descartes con Pascal joven son tiempos de Richelieu), emblema de la Légion d'Honneur en la solapa y sus características maneras afectadas y coquetas (¡aunque tan magnéticas!), Flotats homenajeó al padre de la casa, Fabià Puigserver, (un hombre que nunca entendió de endiosamientos),sin nombrarlo, eso sí, y alabó el "espíritu" del Lliure, "un teatro de arte, de creación, de compromiso". Masajeó el ego de Rigola (que había vaciado previamente el saco de los elogios, Cyrano incluido) contraponiendo su dirección del Lliure, "de artista", con la de "administradores" con los que no es posible, subrayó, el mismo entendimiento. Consideró el Lliure actual "no un teatro público, sino el teatro de un amigo".

Dijo de Descartes que para él el filósofo "tiene demasiado seny" —cierto: a uno le cuesta imaginar a Flotats dudando, y menos de sí mismo—. Pero cuando habló del "olor a azufre" del pensador en su represiva época presiglo de las Luces, fue imposible no pensar en el propio actor y directordel que se espera siempre alguna pulla, alguna maldad que anime el cotarro. Hubo alguna cosa, poca. Dijo que se explicará a fondo en sus memorias, que reserva "para cuando sea mayor". No descarta verse en el escenario del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), aunque considera la suya allí "una etapa pasada". De hecho, apuntó que nunca se acerca por el lugar. "¿Pasear por el barrio?: no es tan bonito".

El espectáculo, inteligente y entretenido, se basa en el único encuentro entre Descartes y Pascal, el 24 de septiembre de 1647. El autor, Jean-Claude Brisville, al que Flotats dijo que llama cada día (!) para explicarle cómo ha ido la función, imaginó esa reunión de la que no ha quedado ningún testimonio. "Son dos personajes políticamente incorrectos pero con diferentes conceptos de la vida: debaten, discuten, pero se escuchan y se respetan". La función (hasta el 21 de marzo) dura 1 hora y 12 minutos. Flotats avanzó que prepara un proyecto para el Teatro Español.

Flotats (Descartes), a la derecha, y Albert Triola (Pascal), ayer en el Teatre Lliure.
Flotats (Descartes), a la derecha, y Albert Triola (Pascal), ayer en el Teatre Lliure.TEJEDERAS
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