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Reportaje:

Francia sigue sin perdonar a Céline

El "virulento antisemitismo" del autor de 'Viaje al fin de la noche' frena la celebración de los 50 años de su muerte

No habrá homenaje oficial en Francia, país tan mirado con sus luminarias culturales, por el cincuenta aniversario de la muerte de Louis-Ferdinand Céline, fallecido el 1 de julio de 1961. Así lo hizo saber ayer por la tarde el titular de Cultura, Frédéric Mitterrand, tras varios días de polémica. Escritor de talento indiscutible a la par que notorio antisemita, Céline formaba parte de la Selección de Celebraciones Nacionales 2011, una lista de eventos y personalidades elaborada por un comité de expertos para ser homenajeados este año por la República Francesa. La publicación, editada por el Ministerio de Cultura, debía ser presentada ayer. Pero el ministro dio marcha atrás en el último momento. Accedía así a la petición formulada unos días antes por al abogado Serge Klarsfeld, conocido cazador de nazis y presidente de la asociación de hijos de deportados judíos FFDJF.

Mitterrand: "Puso su pluma a disposición de una ideología repugnante"
Lévy: "La conmemoración hubiera sido legítima y útil"

"Tras una profunda reflexión, y sin dejarme llevar por la emoción del momento, he decidido que no figure Céline en las celebraciones nacionales", explicó Mitterrand en la capilla de la escuela de Bellas Artes de París. El ministro subrayó la contribución del autor a la historia de la literatura, pero "el hecho de haber puesto su pluma a disposición de una ideología repugnante, la del antisemitismo (...) no se inscribe en el principio de las celebraciones nacionales". En efecto, el escritor que denunció con ingenio la guerra y el colonialismo en Viaje al fin de la noche, fue el mismo que no perdió ocasión de dejar clara su aversión por los judíos, como quedó plasmado en sus violentos panfletos antisemitas de los años 30, entre los cuales destaca Bagatelas para una masacre.

"Pensaba que la opinión había evolucionado y que las clases dirigentes lo tenían en cuenta", reaccionó el académico Henri Godard, uno de los mayores especialistas en Francia del escritor. "Estoy un poco indignado, creía que este tema estaba solucionado cuando se me pidió escribir la nota". El crítico literario había redactado el ensayo que, en principio, la publicación del ministerio de Cultura iba a dedicar a Céline y que hasta ayer por la tarde estaba disponible en la página en Internet de los Archivos Nacionales. En ella Godard empezaba de entrada con la pregunta: "¿Debemos, podemos celebrar a Céline?", consciente de los recelos que levanta el autor. "Fue un hombre de un antisemitismo virulento (...) pero es también el autor de una obra novelesca de la que se ha convertido en habitual decir, que con la de Proust, domina la novela francesa de la primera mitad del siglo XX", añadía.

"Céline es un excelente escritor, pero un perfecto cabrón", resumió por su parte el alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë, entrevistado en la radio antes de conocerse la decisión de Mitterrand. El político justificaba su apoyo a la asociación presidida por el letrado Serge Klarsfeld, que en un comunicado publicado esta semana exigía la retirada de Céline de la lista. El abogado reclamaba al titular de Cultura "renunciar a echar flores sobre la memoria de Céline, de la misma forma que [su tío, el presidente] François Mitterrand se vio obligado a no depositar un ramo sobre la tumba de Pétain", cabeza del régimen colaboracionista de Vichy a la vez que héroe militar de la I Guerra Mundial.

Otros opinan, sin embargo, que es tiempo de enfrentarse de una vez al enigma Céline, con todas sus contradicciones. "Aunque la conmemoración sirviese solo para eso (...) para empezar a entender la oscura y monstruosa relación que ha podido existir, en el caso de Céline al igual que en otras personalidades, entre el genio y la infamia, habría sido no solo legítima, sino útil y necesaria", escribe el filósofo Bernard-Henri Lévy, en la revista digital La Règle du Jeu.

El escritor  Louis-Ferdinand Céline.
El escritor Louis-Ferdinand Céline.

Páginas con el borrón fascista

- Pierre Drieu La Rochelle. Autor de Diario de un hombre engañado o El hombre a caballo, se unió al fascismo y apoyó al regimen de Vichy. Tras la liberación, se quitó la vida.

- Los rumanos que vivieron en Francia, como Mircea Eliade, Cioran o Eugène Ionesco, escribieron bajo la sospecha de haber colaborado o simpatizado con el fascismo en su país.

- Robert Brasillach. Escritor, periodista y crítico de cine, fue fusilado en 1945 en Montrouge por colaboracionista. Apoyó abiertamente al bando Nacional en la Guerra Civil española.

- Günter Grass. Era el "último resto" que "tenía que soltar". En 2006 contó en su autobiografía que a los 17 años se enroló en las Waffen SS del régimen nazi.

- Agustín de Foxá. Escritor, periodista y diplomático de la II República, abrazó el falangismo durante la guerra. Dirigió Legiones y Falanges, revista bilingüe en español e italiano.

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