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La recuperación de 'Alfar' revela una insólita experiencia cultural en la periferia

La revista, galleguista y universalista, se publicó en La Coruña en los años 20

Manuel Rivas

Con la anunciada presencia de importantes creadores llegados de otras tierras hispanas, el mundo cultural coruñés y gallego prepara con esmero la vindicación y reencuentro con una de las experiencias editoriales más insólitas e innovadoras de los años veinte: la revista Alfar. Cuna de vanguardias, síntesis de galleguismo y universalismo, la singladura de Alfar, en la periferia finisterrana, es objeto de estudio y homenaje, pero también se revela como un modelo ejemplar para abrir sendas de futuro. El homenaje de recuerdo y reivindicación de la revista se celebrará el lunes en La Coruña auspiciado por el ayuntamiento de la ciudad. Aparte de la presentación de un facsímil de la revista se abrirá una exposición dedicada a la época de Alfar.

Rafael Alberti, Francisco Ayala, Camilo José Cela, Gonzalo Torrente Ballester, Mario Benedetti y Dorningo García Sabell son algunas de las personalidades que han confirmado su asistencia al acto de presentación de la edición facsímil de la revista Alfar, el próximo lunes en La Coruña, que servirá de pórtico a unas intensas jornadas de encuentro cultural, en las que se pretende alternar lo conmemorativo con la reflexión viva sobre las tendencias en que se debate la creación artística y literaria contemporánea, con la participación de escritores, ensayistas, historiadores y críticos peninsulares, canarios y americanos.Una exposición plástica, bibliográfica y cronológica servirá de panel de fondo permanente a esta iñiciativa revitalizadora, impulsado. y coordinada por el poeta César A. Molina y patrocinada por el departamento de Cultura del ayuntamiento coruñés.

"No es excesivo considerarla como el panorama más cabal de la revuelta vida poética de aquel momento". Así definía José María de Cossío la experiencia de Alfar, espejo durante casi cinco años, entre 1921 y 1926, que duró su época coruñesa, de las corrientes renovadoras en el continente y ultramar y también del renacer de las culturas autóctonas en el ámbito de la modernidad. El diálogo transoceánico que establece Alfar no es casual y se mantendrá en una segunda etapa en tierras americanas hasta su desaparición en 1955. De hecho, Alfar surge en La Coruña como Boletín Casa América-Galicia, al pairo de un floreciente intercambio comercial y en pleno auge emigratorio.

La trayectoria de la revista irá siempre entrañablemente vinculada a la de su director y alma máter, el poeta y diplomático uruguayo Julio J. Casal, que ejerció como cónsul en La Coruña y donde, en un clima propicio y con el apoyo de la intelectualidad del país, tomará cuerpo la aventura de Alfar. La revista dejará de publicarse con la muerte de su fundador, en Montevideo, tras mantenerse con humildad de medios como una ventana abierta para los demócratas españoles exiliados y para las nuevas generaciones de creadores latinoamericanos, como el propio Benedetti o Juan Carlos Onetti. Otro uruguayo, el pintor y dibujante Rafael Barradas, afincado en París, aunque asiduo a tertulias barcelonesas, protagonizará como director artístico la edad dorada de Alfar, ampliando contactos y forjando su dimensión gráfica.

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