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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Coartada intelectual

Perteneciente a la categoría de filme intelectualizado, y no por el desarrollo de su lenguaje cinematográfico, sino por los ingredientes que lo adornan, el estreno de El vientre de un arquitecto representa sin duda una alternativa distinta a cualquier otra oferta de la cartelera, pero también una digestión no placentera para todos los públicos.Posterior a El contrato del dibujante y Zoo -no estrenada aún en nuestras pantallas-, y anterior a Drowning by numbers, presentada este año en Cannes, es un nuevo ejemplo de la personalidad caústica, experimentadora y culta del galés Peter Greena.way, quien con petulante excentricidad se declara diferenciado -y no sin razón- de la generación de nuevos directores del cine británico.

El Vientre de arquitecto

Dirección y guión: Peter Greenaway. Fotografía: Sacha Víerny. Música: Wim Martens. Producción: Collin Callender, Walter Donohue, Gran Bretaña., 1987. Intérpretes: Brian Dennehy, Chloe Webb, Lambert Wilson, Sergio Fantonim, Stepliania Cassini, Vanni Corbellini, Alfredo Varelli, Geoffrey Coppleston, Francesco Carnelutti, Claudio Spadaro. Estreno en Madrid: cine Alphaville (Versión original).

El cineasta de original talento, y tal como testifica el título de nuestra atención, siente pasión por los maestros de la pintura italiana Veronés y Tiépolo y es ferviente admirador del investigador del espacio temporal cinematográfico Resnais y del genial arquitecto de la imagen rilmica Antonioni, cineastas, sin embargo, a cuya categoría no llega.

El vientre de un arquitecto, cuya acción transcurre en Roma en el signíficativo espacio de nueve meses, se inicia con la llegada a la Ciudad Eterna, en compañía de su esposa, de un arquitecto que proyecta realizar una exposición dedicada a su colega francés del siglo XVIII Etienne-Louis Boullée, racional y adelantado a su tiempo, entre cuyos pocos proyectos hechos realidad figura un cenotafío dedicado a Isaac Newton, por quien el artista diechochesco sentía tanta admiración como por él manifiesta el protagonista del filme.

Complejo discurso

Fotografiada por Sacha Vierny -colaborador de Resnais-, la película abunda en planos generales, lo que da pretexto para enmarcar en la monumentalidad romana la rotunda humanidad del actor protagonista, Brian Dennehy, recordando a veces las composiciones de los pintores citados, y también a la personalidad de Andrea Mantegna; primera lectura del complejo discurso fílmico de Greenaway, preocupado por la co rrespondencia formal y conceptual de su mensaje.La simple anécdota sentimental de los americanos en Roma, que ven alterada su exis tencia, está emboscada en los múltiples recovecos culturales de la voluntad intelectual de Greenaway. Planteando la his toria ccimo repetíción, semejan te a las fotocopias del original, con símiles, metáforas y estructuras simétricas, el argumento del realizador reflexiona sobre el presente y el pasado, el arte y el dinero, la vida y la muerte, lo eterno y efímero, y docenas de oposiciones contrarias más.

Finalmente, Boullée y New ton triunfarán, y, la fuerza que impulsa. el giróscopo de la vida será vencida por la gravedad, al igual que la muerte vence a la vida, que, por otra parte, se perpetuará en nuevos nacimientos.

Una vez más, Peter Greenaway ofrece un juego lleno de lecturas que llevan a otras -las infinitas pieles de la cebolla, a las que se refiere el propio cíneasta-, que permite al espectador conocedor de las claves culturales empleadas irlas descubriendo y encajando en el rompecabezas formal y conceptual presentado por el cineasta, mientras distrae su vista con la estética pictórica y arquitectónica del paisaje urbano muestra.

Presuntuosa, fría. y distanciada en su exposición, morosa y excesiva en su transcurrir, demuestra el talento de su autor, pero también la falta de ftincionalidad de la coartada intelectual para equilibrar forma y contenido y superar el mero experimento, en el que la acumulación de datos no enriquece la peripecia narrativa, siendo superior la intencionalidad argumental al desarrollo del lenguaje visual.

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