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La Generalitat catalana pacta con Hollywood

Uno de cada cuatro pases de película será en catalán a partir de 2014

La Generalitat y la industria estadounidense del cine -las llamadas majors- han llegado a un acuerdo que pone fin -al menos a medio plazo- al conflicto surgido a raíz de la aprobación de la Ley del Cine catalán de julio de 2010, que obligaba, bajo amenaza de sanciones, a que las películas dobladas o subtituladas que se estrenaran en Cataluña tuvieran la mitad de las copias en catalán. Según anunció ayer el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, el acuerdo alcanzado permitirá que en 2014, uno de cada cuatro pases de película sea en catalán y que el número de espectadores, que en 2010 fue de 117.000, supere el millón y medio el año próximo.

Desde el momento de su llegada al Gobierno que preside Artur Mas, Mascarell estableció entre sus prioridades desactivar el conflicto que heredaba del anterior Ejecutivo tripartito, y más concretamente del titular de Cultura, el republicano Joan Manuel Tresserras. Ya antes del verano, Mascarell y el número dos de su departamento, el director del Instituto de Industrias Culturales de Cataluña (ICIC), Fèlix Riera, desvelaron que se habían abierto negociaciones con los distribuidores.

El acuerdo descarta las sanciones contempladas en la Ley del Cine de 2010
La crisis no parece afectar: se darán 1,4 millones de euros para el doblaje

Ambos, junto a los representantes de la Federación de Distribuidores de Cine (Fedicine) y el Gremi d'Empresaris de Cinema de Cataluña, anunciaban ayer el contenido del acuerdo que, de entrada descarta cualquier tipo de sanciones y cuotas, pese a que están contempladas en la polémica Ley del Cine, aprobada en su momento, no solo con los votos del tripartito, sino también con los de CiU. Mascarell, sin embargo, insistía ayer que el acuerdo "no traiciona" la ley.

En 2012, anunció Félix Riera, el mercado de cine en versión catalana -que actualmente está en el 3%- se situará en un 11% y la previsión para 2014 es que uno de cada cuatro pases de película ya sea en catalán. De 74 copias se pasará a 625 el año próximo.

En lo que se refiere al cine comercial estadounidense, la cuota catalana pasará de menos del 1% al 7% el año próximo y de los 4.300 pases de filmes doblados en catalán se pasará a 55.000. Cree Riera que el número de salas que exhibirán filmes doblados en catalán pasará de las cinco o seis actuales a 50, y que se doblará la actual media de una semana de exhibición.

El precio -un factor determinante en tiempos de crisis y recortes- no parece asustar al Ejecutivo catalán. El acuerdo prevé que la Generalitat destine 1,4 millones de euros a ayudas a distribuidores para el doblaje y las copias, así como para la promoción, más del doble de los 600.000 euros de 2010. A cambio, estos productos no se quedarán en las salas de cine sino que se amortizarán con la explotación en DVD o Internet.

La presencia, ayer, junto a Mascarell, de un sonriente y relajado Luis Hernández de Carlos, presidente de Fedicine, y de Camilo Tarrazón, del Gremio de Empresarios de Cine, certificaba la habilidad diplomática de la Generalitat para desencallar un conflicto enconado hasta el punto de que los distribuidores amenazaron con estrenar en Cataluña solo películas en versión original sin subtítulos. Hernández agradeció a Mascarell que les haya tenido "en cuenta como parte de la solución en lugar de condenarnos a ser el problema", y a Fedicine, haber tenido la suficiente "complicidad y pedagogía para convencer a las compañías norteamericanas" de la necesidad de llegar a un acuerdo. En este sentido, Tarrazón no ahorró críticas para el antecesor de Mascarell, y aseguró que el Gremio había hecho la misma oferta al equipo de Tresserras, pero que a este "solo le preocupaba la imposición y la sanción". Las majors, dijo De Carlos, están dispuestas a "jugar este partido hasta el final" y ver hasta dónde llega el cine en catalán. Mascarell sintetizó: "Es un gran éxito que los artistas de Hollywood hablen en catalán".

Pintada en un cine catalán en 2010, durante la huelga de las salas contra la Ley del Cine.
Pintada en un cine catalán en 2010, durante la huelga de las salas contra la Ley del Cine.GIANLUCA BATTISTA
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