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Georges Ifrah afirma que los números "resumen la vida del hombre"

El matemático presenta "Historia universal de las cifras"

Amelia Castilla

, Georges Ifrah (Marraquech, 1947) afirma que la naturaleza y el cuerpo humano son las primeras máquinas de contar. Una de sus teorías, desarrolladas en las 2.000 páginas de Historia universal de las cifras (Espasa-Fórum), es que las personas siempre han recurrido a todo lo que les rodeaba para resolver sus problemas. "Si querían saber cuántos animales habían cazado o cuántas ovejas poseían, utilizaban las piedras, las manos o la fruta seca" aseguró ayer este profesor de matemáticas, retirado de la enseñanza y afincado en París.

Su libro ha vendido más de 175.000 ejemplares y se ha traducido a ocho idiomas. Para escribirlo, Ifrah se ha tomado más de veinte años. Mientras buscaba documentación, descubrió que los guerreros Masai antes de partir para la batalla depositaban una piedra en el suelo; cuando regresaban la recogían y el número de muertos se deducía por el montón de guijarros que quedaban.Ifrah, que es conocido en Francia como el Indiana Jones de los números, ha estado en El Cairo, Bagdad, Pekín y Filadelfia, y ha visitado las ruinas de Pompeya y la pirámides mayas de Quiringuá recogiendo informaciones y testimonios relativos a las costumbres, pasadas o presentes, de la historia de las cuentas. En todo ese tiempo, tratando de investigar las etapas sucesivas del pensamiento matemático, lo que más le ha impresionado fue descubrir "cuando el hombre aprendió a contar y tuvo acceso por primera vez a la abstracción y cuando descubrió el cero". Este hallazgo le fascinó, incluso, desde el punto de vista simbólico. Todavía se ríe recordando que el 1 ha sido representado universalmente como el símbolo de la verticalidad o como el del sexo del hombre frente al 2, que fue la representación de la mujer.

Con su traje azul marino, su camisa blanca y su corbata de colores, Ifrah no parece un típico profesor de matemáticas. De hecho, cuando era un niño siempre le suspendían en esa asignatura y dejó la enseñanza, en 1974, cuando daba clases en un colegio suizo, al descubrir que no podía contestar a preguntas de sus alumnos del tipo de ¿de dónde viene el cero? o ¿cómo contaban los egipcios?. Emprendió entonces el largo camino que le llevó a escribir su Historia universal de las cifras, publicada en Francia hace tres años. En ese largo camino fueron, a su juicio, importantes dos cosas. La primera tiene relación con la suerte, puesto que ganó 10.000 dólares en las máquinas tragaperras -"fue la suerte del principiante"- y con ese dinero empezó la investigación que le llevó a recorrer todo el mundo. La segunda, relacionada con el destino, fue encontrar a la que hoy es su mujer, una chica de 19 años de origen burgués que le ayudó económica e intelectualmente. Para este profesor, las cifras son de una sustancia poética. Tanto como las palabras, o casi: "Han sido los útiles del poeta a la vez que los instrumentos del contable y del hombre de ciencia". Ifrah, sostiene, en contra de lo que mucha gente piensa, que las cifras "no son una exclusiva del Ministerio de Hacienda, puesto que magos, poetas y escritores hacen uso constante de ellas".

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