_
_
_
_
_
Reportaje:

Goya, a orillas del Potomac

Una muestra que revisa en Washington la influencia española en la independencia de EE UU se convierte en una de las sensaciones artísticas de la temporada

"Se parecen en algo", comenta Michael Byrnes, profesor de primaria en Sacramento y de visita esta semana en la capital de EE UU junto a su esposa. Ha recalado en la Galería Nacional de Retratos, donde una exposición revela la influencia española en la independencia norteamericana. Reconoce que no sabía nada del papel de España en este periodo histórico. "Aquí se dice que los franceses nos ayudaron a derrotar a los ingleses, pero de los españoles no sabemos nada", dice. Además, encuentra curioso el parecido, "razonable", entre las figuras del monarca español Carlos III y el primer presidente de EE UU, George Washington. En el lienzo de Anton Rapahel Mengs de 1761 se ve a un Borbón sonriente, con la armadura puesta, envuelto en un fajín y con la banda del Toisón. El retrato de George Washington, de Charles Willson Peale, de 1779, contiene menos boato. El general reposa en el campo de batalla en Princeton, apoyado en un cañón y luciendo su clásico uniforme amarillo y marino.

70 retratos, mapas y documentos ilustran la relación entre ambos países

Parecidos aparte, la exposición Legado: España y los Estados Unidos en la era de la Independencia, 1763-1848 ilustra cómo la monarquía financió a los rebeldes norteamericanos en su resistencia contra el imperio británico. Cuando la guerra comenzó en 1775, el general Washington tuvo que enfrentarse a una dura escasez de víveres y armas. La guerra pintaba mal para los independentistas, hasta que en otoño de 1776 Carlos III decidió enviar barcos con dinero y provisiones, que mantendrían a salvo a Washington hasta la entrada en escena de Francia, que declaró la guerra a Gran Bretaña en 1779.

En 70 retratos, mapas y documentos originales, la exposición ilustra una colaboración estrecha pero de duración limitada. Uno de los últimos lienzos representa a Fernando VII, pintado por Goya en 1814. Los cinco goyas que han viajado hasta Washington están siendo la sensación de la temporada artística en la capital.

"En EE UU se aprecia mucho a Goya. Se analiza en facultades, y en las universidades españolas recibimos a muchos alumnos que vienen a estudiar su obra", comenta Mercedes Águeda, profesora de la Complutense y comisaria de la exposición. Cada domingo, unas 4.000 personas se pasan por la muestra. Muchos dicen descubrir un pasado que desconocían. "Me gustaría que los visitantes vieran que, en realidad, Nueva Orleans es una ciudad que más que un espíritu francés tiene un diseño español. Los franceses la controlaron durante mucho tiempo, pero fueron los españoles los que la construyeron", dice Carolyn K. Carr, subdirectora del museo.

Reyes, embajadores, condes, escritores, pintores... la exposición es en realidad un tratado visual de la presencia española en la región, que comenzó en 1513, el año en que los primeros colonos llegaron a Florida. España entraría en guerra con EE UU en 1898, un conflicto sellado con la derrota de la guerra de Cuba y tras el que las relaciones entre ambos países cambiarían para siempre.

A la izquierda, retrato de Benjamin Franklin, de Josep Sifred Duplessis. A la derecha, Carlos IV pintado por Goya en 1789.
A la izquierda, retrato de Benjamin Franklin, de Josep Sifred Duplessis. A la derecha, Carlos IV pintado por Goya en 1789.
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_