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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Las dos caras de la mirada

Siempre interesado por las situaciones insólitas, un tanto fuera de lo normal, David Cronenberg busca en esta narración de amor y espionaje basada en hechos reales la posibilidad de darle la vuelta, de contar a su manera una historia conocida por todos y engarzarla dentro de sus películas tan al margen de lo habitual como personales.Nacido en Toronto en 1943, Cronenberg tiene que recorrer un largo y un tanto sinuoso camino a través de ocho largometrajes canadienses rodados durante 15 años para salir del cine barato, entre el terror y la ficción científica, en que estaba sumido, y llegar a hacer obras de mucho mayor interés. Tras La zona muerta (1983) y La mosca (1986), rueda la excelente Inseparables (1988), que le consagra internacionalmente.

M

ButterflyDirector: David Cronenberg. Guionista: David Henry Hwang. Fotografía: Peper SuschitAy. Música: Howard Shore. Estados Unidos, Canadá, 1993. Intérpretes: Jererny Irons, John Lone, Barbara Sukowa, Ian Richardson. Estreno en Madrid: Princesa, Renoir (versión original subtitulada).

Más información
Cronenberg: "El amor confunde los sexos"

Después del fracaso de El almuerzo desnudo (1991), discutible versión de la conocida novela homónima de William S. Burroughs, se lanza a esta adaptación, producida por él mismo, que se sitúa entre sus mejores trabajos. Y en la que destaca, además de una medida, lúcida, imperceptible y eficaz dirección, el trabajo de la insólita pareja formada por el excelente actor británico Jeremy Irons y el no menos interesante actor chino John Lone. La parte externa de M. Butterfly narra cómo un funcionario de segundo orden destinado en la Embajada francesa en Pekín, en 1964, durante una fiesta se enamora de una diva de la ópera, sin saber que en China los papeles de mujer también los representan hombres, y cómo las autoridades orientales aprovechan esta situación para apoderarse de la información occidental que pasa por sus manos. Esta historia, que finaliza de forma dramática en París tiempo después de los sucesos revolucionarios del mes de mayo de 1968, está perfectamente narrada y da gran consistencia a la película dentro del cine de espionaje y amor.

Sin embargo, M. Butterfly también tiene una parte interna, complementaria de la anterior, que es la que realmente hace de ella una gran película. Se trata de la evolución psicológica que sufre el funcionario de embajada, cómo cegado por un gran amor confunde a un hombre con una mujer, y además no se da cuenta de que le espía, pero le da ánimos para ascender en su trabajo y llegar a ser vicesecretario en la embajada. Aunque todo se hunde cuando llega la Revolución Cultural del presidente Mao y los actores y los intelectuales caen en desgracia, y él tiene que volver a París completamente destruido. Hasta llegar a la tan terrible como bella escena final, tras el juicio y la condena por espionaje.

Este contemplar al mismo tiempo las dos caras de una misma moneda da una gran fuerza y verdad a una historia que confirma a David Cronenberg como un buen narrador y a Jeremy Irons y John Lone como dos grandes actores que en sus manos llegan a ser capaces de todo.

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