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Una urna hallada en Jerusalén muestra un texto que podría ser la primera referencia arqueológica a Jesús

Una inscripción en una urna de piedra caliza datada aproximadamente en el año 63 después de Cristo y localizada el pasado junio en Jerusalén puede significar, de confirmarse su autenticidad, la primera referencia arqueológica a Jesús de Nazaret, personaje cuya existencia histórica no es aceptada unánimemente.

La caja, un osario, vacía, mide 50 centímetros de largo y unos 27,5 de ancho y muestra en una de sus caras el siguiente texto en arameo, escrito con una forma de cursiva usada, según los expertos, sólo entre los años 10 y 70 del siglo I: 'Ya'akov bar Yosef akhui di Yeshua' ('Jacobo, hijo de José, hermano de Jesús'). La inscripción haría referencia, además de a Jesús de Nazaret, a los bíblicos José, esposo de María y padre putativo de Jesús, y a Jacobo (Santiago), al que se cita como hermano de Jesús en pasajes en el Evangelio de Mateo (13, 55-56) y en la Epístola a los gálatas (1, 18-19: 'A ningún otro de los apóstoles vi, si no fue a Santiago, el hermano del Señor'). La caja habría contenido los huesos del discípulo tras la reducción de sus restos.

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Aunque los tres nombres eran comunes en la antigüedad en Palestina, la probabilidad estadística de que aparezcan juntos y en esa combinación de parentesco 'es extremadamente pequeña', según el autor del descubrimiento, que subraya que la mención a un hermano -Jesús- es 'inusual' en esa clase de inscripciones, 'lo que indica que ese Jesús debía de ser una figura bien conocida'.

La práctica de transferir los huesos del difunto de la tumba a una caja osario está atestiguada entre los judíos de Palestina durante el siglo I después de Cristo. La práctica, según los expertos, fue abandonada tras la destrucción del Templo de Jerusalén por los romanos en el año 70.

La caja forma parte de una colección privada de antigüedades en Israel y el nombre de su propietario no ha sido revelado. Según algunas fuentes, se trata de un coleccionista judío que habría pagado por la pieza entre 200 y 700 dólares a un anticuario hace 15 años. La historia anterior de la urna no se conoce.

La información sobre el hallazgo la publica en su número de noviembre/diciembre de este año la revista Biblical Archeology Review, especializada en arqueología bíblica, un campo que es objeto de polémica por su empeño en demostrar la verdad histórica de las Escrituras, algo que un nutrido grupo de estudiosos considera que no es un objetivo científico. La revista subraya lo inesperado de hallar documentación sobre Jesús o sus parientes, dada, dice, la extracción humilde de todos ellos.

La investigación sobre el osario la ha llevado a cabo el paleógrafo (experto en textos antiguos) André Lemaire, de la Universidad de la Sorbona. Análisis de laboratorio realizados por el Servicio Geológico de Israel han confirmado que la piedra caliza de que está hecha la urna proviene del área de Jerusalén. La pátina que la recubre es, según el mismo examen, la propia de un objeto que ha permanecido largo tiempo en una cueva.

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