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42º Festiva de Venecia

Agnes Varda gana el León de Oro con 'Sin techo ni ley', sobre una joven marginal

El León de Oro del Festival de Venecia ha sido para Sans toit ni loi (Sin techo ni ley), de Agnes Varda, filme francés de escritura muy libre, en el que se cuentan los últimos días de una chica vagabunda, solitaria y poco habladora que se erige en símbolo de una juventud que no encuentra su lugar en el mundo contemporáneo. Es un premio justo, no indiscutible, pero la versión moderna que Varda ha hecho de esta rebelde sin causa siempre ha figurado entre las favoritas. Gerard Depardieu obtuvo el premio al mejor actor, y el premio a la mejor actriz fue dividido entre tres. Las películas españolas no obtuvieron galardones.

El resto de la lista de premios también queda casi copado por el cine francés. El Gran Premio Especial del Jurado ha sido para Tangos, I'exil de Gardel, del argentino Francisco Solanas, coproducida por Argentina y el Ministerio de Cultura francés. El jurado ha apreciado en el arriesgado trabajo del director "una gran riqueza en el lenguaje cinematográfico".Los galardones a los actores han ido a parar a Gerard Depardieu, por su formidable interpretación en Police, de Maurice Pialat, una desesperada crónica del miedo que suscita el amor por su incompatibilidad con una vida cotidiana siniestra.

El premio para las actrices ha quedado desierto después de una extraña pirueta del jurado que, una vez reconocidos los méritos indiscutibles de Sandrine Bonnaire -protagonista de Sans toit ni loi- y Jane Birkin, opta por conceder tres menciones a las protagonistas de las películas yugoslava, rusa y griega, porque la Birkin y la Bonnaire, aunque fuera indirectamente a través de sus filmes, ya figuraban en el palmarés. Para Dust, cinta belga de Marion Haensel, con Jane Birkin, ha sido el León de Plata, que consagra la mejor primera o segunda obra.

El Premio Especial del Jurado, que sirve para que éste pueda recuperar algún título o persona que corría el peligro de quedar descabalgado del palmarés, se ha otorgado a The Lightship, por "la originalidad de su metáfora sobre la existencia". Olvidarse de Skolimowski como director y de Duvall como actor no era posible, y este especial permite hacer justicia.

Queda la concesión de dos leones de oro extraordinarios a John Huston y Manoel de Oliveira por el conjunto de su obra, otro compromiso obligado, ya que ni Prizzi's honor ni Le soulier de salin se adaptaban a las características que se exigen para el palmarés. La Prensa especializada ha premiado a la polaca Yesterday, crónica de la beatlemanía durante los años sesenta.

Mientras el jurado deliberaba, el festival ha dado sus últimas boqueadas. Las proyecciones se han dedicado en su mayor parte a filmes con muy pocas posibilidades. De ahí los dos Orfeos, uno húngaro y otro suizo, uno versión de la ópera de Gluck y el otro de la de Monteverdi; el pase de Vergesst Mozart, producción alemana. dirigida por el checo Slavo Lugher, que propone una curiosa versión policiaca del Amadeus de Shaffer y su compatriota Forman; la película comienza donde acaba latan oscarizada, con la muerte del músico y la investigación que ésta desencadena. Al final, nadie y todos serán culpables de la muerte del genio. También se ha proyectado la turca Becki (El guardián), de Ali Ozgenturk, anatonomía de la mentalidad. un celador obseso del orden y la ley.

Dustin Hoffman se mostraba encantado ante el hecho de coincidir en Venecia con Robert Duvall: "En 1958, él trabajaba como cartero y yo como camarero; hoy nos encontramos aquí convertidos en dos de las stars mejor pagadas".

La actriz Angelica Huston conseguía hacer olvidar las ausencias de su padre y de su compañero de reparto y vida privada, Jack Nicholson, explicando anécdotas relacionadas con Prizzi's honor: "Cuando se realizaron las primeras proyecciones, Ia acogida fue fría, desorientada. A partir de que los críticos etiquetaron el filme y lo definieron como una black comedy, todo ha marchado sobre ruedas. Los espectadores ríen y nosotros sabemos qué es lo que hicimos", cuenta sarcástica la Huston, que se extiende sobre el buen clima que presidió el rodaje y en su trabajo para captar el estilo de los ítalo-americanos.

Nicholson, para componer su papel de matarife locamente enamorado y fanático de las chaquetas de fantasía, se inspiró en un cantante de ópera especialista en Verdi y famoso por sus tics faciales.

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