Refrito de un refrito

Se sabe quién es don Camilo, cura rural italiano que creó Guareschi y el cine aprovechó con una serie de comedietas interpretadas en los años 50 por Fernandel y Gino Cervi, éste como el alcalde comunista Peppone. Fue un buen dúo para comedias pasables, que la gente vio hace décadas y de las que conserva un recuerdo amable.Y se sabe también quién es Terence Hill, metido durante años en las harinas de otra serie de comedias disfrazadas de western sobre un tal Trinidad, también con dúo masculino -Budd Spencer- incluido.

Pero lo que no se sabía es que estos dúos fueran intercambiables y que Terence Hill pudiera meterse en las aguas del viejo Fernandel y vestirse impunemente con las sotanas de don Camilo. Pero lo cierto es que lo ha hecho y ahí está su película Don Camilo para que no quepa duda del atropello.

El audaz Trinidad, fabricante de mamporros, se ha metido entre sacristías y así les va a éstas. La película es mediocre donde las haya. El humor facilón, pero tierno y de resultados cinematográficos aceptables, de Guareschi pasado por los buenos aires de la comedia italiana y la maestría de Fernandel y Cervi, se vuelve deshumor subnormal, gracia no de brocha gorda sino de pura escoba. Descabellado refrito de un refrito.