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Las falsificaciones de obras de arte

La gran broma de los Modigliani

Los autores del engaño querían poner en evidencia a los críticos de arte

Juan Arias

Las astronómicas cotizaciones de las obras de arte firmadas por nombre! de reconocimiento mundial convierten al mercado que las trafica en un panal de inmensa atracción para los copistas sin escrúpulos y marchantes habilidosos. En muchos casos, una falsificación bien camuflada es un talón en blanco donde el falsario no tiene más que poner cifras con más de seis dígitos. En otros, como el de las esculturas atribuidas a Modigliani, ha supuesto la representación de una gran bufonada, de la que han disfrutado a rabiar los jóvenes falsificadores, que han esperado hasta el fin de la representación para reírse de los críticos, protagonistas involuntarios de la obra.

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La increíble burla de Livorno, como ha sido apellidada la farsa de las malditas esculturas de Modigliani, está replanteando en este país, paraíso del arte, toda una serie de interrogantes que van desde la increíble ligereza de las lumbreras de la crítica al ansia exacerbada de convertir en espectáculo operaciones que deberían permanecer dentro de la ética artística.No podía haber sido nadie mejor que el genio diabólico de Modigliani el encargado de hacer estallar la operación de falsificación artística más colosal, burlesca y grotesca de la historia del arte contemporáneo.

La operación ha sido hecha por unos jóvenes (los autores de Modigliani 2) que sólo deseaban, divertirse, y (el autor de los Modigliani 1 y 3), burlarse de la objetividad artística, ya que deseaba demostrar, como ha declarado, que "las imágenes y el arte son sólo ilusiones y nunca representaciones de la realidad". Confiesa que, para ayudar a los críticos a descubrir la falsificación, había modelado una de sus esculturas con un material que "nunca había usado el genio de Livorno" y que la había esculpido a propósito "lo más fea posible".

En Italia se sigue discutiendo sobre si detrás de todo esto no se esconde una operación política, una conjura contra el Gobierno comunista de la ciudad natal de Modigliani, y hasta se habla de tramas internacionales. Todo ello no quita nada al hecho de que cinco jóvenes prácticamente inexpertos en arte hayan podido engañar tan increíblemente a los críticos más famosos de Italia, sin excluir al gran catedrático Carlo Giulio Argan, ex alcalde de Roma. Se puede decir que picaron todos, y con tal entusiasmo que han dejado escritas frases que hoy, a la luz de la burla, "se las comerían con tinta y todo", según un diario romano. Y los hay que no se han atrevido desde entonces a presentarse en las aulas de la universidad ante sus alumnos.

No sólo los críticos de arte picaron ingenuamente: lo han hecho también historiadores como Cesare Brandi, que apenas se encontró con las esculturas en Livorno exclamó: "Son de Modigliani. Tienen luz interior. En estas piedras austeras se palpa el aliento, la presencia".

Los jóvenes burlones quisieron poner en aprietos no sólo a los críticos de arte, sino también a los científicos, a los químicos, que habían afirmado ya que la piedras de Modiglinai eran auténticas a la luz del microscopio. Después se demostró que las manchas verdes de una de las piedras no revelaban que habían estado muy profundas bajo el limo verde del foso, sino que sencillamente se trataba de las huellas dejadas por la hierba del prado por el que los jóvenes habían arrastrado la piedra antes de esculpirla.

Los italianos saben recibir los

La gran broma de los Modigliani

Viene de la página anteriorgolpes más duros sin descomponerse y sin abandonarse a flagelaciones individuales o colectivas. Se ha intentado sacar en seguida partido de la burla. Cada uno a su modo. Los cuatro jóvenes de la cabeza número dos parece ser que han recibido ya ofertas fabulosas por su escultura. Hay coleccionistas dispuestos a pagar "como si fuera del maestro". El otro joven, Ángelo Foglia, un ex terrorista, presentará su minipelícula rodada durante la elaboración de las dos esculturas falsas al próximo festival de Turín en exclusiva mundial. La pondrá música de Stockhausen y palabras del Prometeo encadenado, un anciano de Livorno que ha resuelto su problema económico patentando un elixir Modigliani que rejuvenece. La fábrica de máquinas-herra-mienta Black & Decker, con cuyo utillaje modelaron los jóvenes sus piedras en directo para televisión, ha lanzado una campaña publicitaria de sus instrumentos con la fotografía gigante de la cabeza Modigliani 2.

Sesiones de espiritismo

¿Y los críticos? Los ha absuelto el experto en historia del arte Federico Zeri afirmando que los más importantes "superaban todos los 75 años y temían quedarse olvidados, mientras los más jóvenes se dejaron fascinar por lo espectacular de la operación para recuperar las legendarias esculturas echadas al foso por el genio de Livorno".

Ahora, hasta los magos están sacando tajada. Se multiplican las sesiones de espiritismo para ponerse en contacto con el alma de Modigliani, para que cuente la verdadera historia, y estudian las manos de los jóvenes burlones a quienes algunos quieren ver como una reencarnación de Modigliani, que ha querido así vengarse de su ciudad natal, que nunca reconoció su valor artístico.

Por fin, hasta la política intenta sacar partido. Los socialistas piensan poner en crisis al gobierno monocolor comunista de Livorno para cambiarlo por una coalicción sin los comunistas, en una ciudad donde el partido del difunto Berlinguer ha conseguido en las últimas elecciones el 56% de los votos.

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