_
_
_
_
_

El arquitecto Philip Johnson es partidario de "prohibir el ángulo recto"

El autor de Puerta de Europa elogia a Gaudí y certifica la muerte del rascacielos

"Un provocador y un buen arquitecto". Así se definió ayer el arquitecto norteamericano Philip Johnson, a punto de cumplir 90 años, durante su visita a las torres Puerta de Europa, remate del paseo de la Castellana, en Madrid. Johnson es coautor del proyecto, junto con John Burgee, al que ha aportado la forma y el ángulo de inclinación de 15% basado en un dibujo de Rodchenko. "Queremos prohibir el ángulo recto", dijo al comentar su ruptura con las 'cajas negras". Citó en varias ocasiones las formas curvas de Antonio Gaudí y expresó su deseo de construir una catedral.

"Soy distinto y nuevo". Philip Johnson se olvidó ayer de sus gruesas gafas negras para romper la imagen más conocida de un nombre que es la memoria de la arquitectura contemporánea. En el mes de julio cumplirá 90 años y el Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde dirigió en dos ocasiones el departamento de arquitectura y diseño y organizó las exposiciones más polémicas, se adelantará a los numerosos homenajes. Ayer elogió a sus maestros Mies van der Rohe -fue su ayudante en el rascacielos Seagram, de Nueva York- y Le Corbusier, pero el más citado fue Antonio Gaudí. Junto con el artista catalán celebró la pintura española del Museo del Prado, adonde volverá hoy, como en las dos ocasiones anteriores que ha visitado Madrid.

50 edificios

Medio centenar de edificios ha construido Philip Johnson en Estados Unidos en los últimos 25 años que ha durado su colaboración con John Burgee, hasta su proyecto de Madrid, la Puerta de Europa -antes, torres KIO- Entre ellos figuran la sede de IBM en Atlanta, de 50 plantas, y la de AT&T, en Nueva York, de 37 pisos. "El rascacielos se ha acabado, podemos olvidarlo", afirmó ayer, al comentar que ya no es necesario explotar el espacio para oficinas. "Los arquitectos nos podemos concentrar ahora en la misión de hacer las formas de los edificios que mejoren al hombre". Puso como ejemplo la próxima construcción de una catedral en Los Ángeles, "la mejor del mundo", que además será española por la población hispanohablante. "Las catedrales tienen señales maravillosas, y eso es bueno para el espíritu. Aquí, en esta torre, no me siento elevado. Los edificios han de tener un sentido de adoración. No soy muy religioso, pero lo religioso es arquitectura. Me gustaría construir una catedral en Nueva York".

Philip Johnson presentó ayer el proyecto de Puerta de Europa, en la madrileña plaza de Castilla -una imagen difundida por la película El día de la bestia, de Alex de la Iglesia-, en donde ha aportado la forma de las torres como el primer edificio de una nueva ruptura en sus diseños, que ahora buscan ángulos y curvas distintas. Afirmó que su idea de las torres viene "de la imaginación, pero con ayuda del pasado". La inclinación de 15 grados procede de un dibujo de Rodchenko, un artista ruso radical en sus construcciones espaciales, anticipo de la abstracción constructivista moderna. "Aparte de Gaudí, es el único arquitecto en que me puedo inspirar". "Soy alumno de Mies van der Rohe, de sus estructuras lineales, pero en Estados Unidos, en los últimos 20 años, nos hemos aburrido mucho con las cajas negras cúbicas. No hay sentido del movimiento, y en estas torres tengo por fin un edificio que quiero abrazar y que no es nada aburrido. Intentamos hacer volar a edificios con curvas, queremos prohibir el ángulo recto". "Los españoles, desde Gaudí, tienen ese sentido de la aventura, con unos colores extraños en los nuevos edificios". El arquitecto admite que sus edificios reciben críticas, como ha pasado con la misma Puerta de Europa o el hotel de Donald Trump en el Central Park de Nueva York. "Trumb representa mi modus vivendi. Hay una terrible depresión en la arquitectura norteamericana; no se construye y los rascacielos están vacíos". También manifestó que la idea central de su arquitectura es "el cambio, no el progreso". "Soy distinto y nuevo; no sé si soy bueno, pero soy distinto". Considera que la vanguardia es un concepto histórico que se vincula en el tiempo a principios de este siglo y con la idea de conservar. Frente a las cajas negras pone la monumentalidad en los edificios, "con una sensación de capilla". No se atreve a predecir la arquitectura del próximo siglo. "No tengo ni idea".

Marcar la ciudad

Frente a las ciudades aburridas, Philip Johnson propone colocar hitos o señales que identifiquen los lugares y orienten a los. ciudadanos. Marcas "para llamar la atención", como la Puerta de Europa, dos torres de 115 metros con 24 plantas útiles cada una, con un coste de 25.000 millones de pesetas. Un proyecto que desde 1990 recorre los Albertos, KIO, Javier de la Rosa, suspensión, acreedores, hasta la puesta en el mercado de oficinas de 60.000 metros cuadrados que la empresa Produsa quiere tener ocupados en dos años. A partir de este mes entrarán los primeros inquilinos, a partir de un alquiler de 2.000 pesetas al mes el metro cuadrado. Ayer adelantaron que tendrá una "ocupación razonada", con el compromiso ya de 5.000 metros cuadrados para los 30.000. de la torre Este. "Competimos con edificios de lujo, en un mercado muy fragmentado".Johnson es ganador del premio Pritzker en 1979, lo que le une a Rafael Moneo en la lista de elegidos. "Me gusta mucho Moneo", dijo ayer, para citar también a Miralles y Calatrava. "La arquitectura está en manos de la gente joven; yo soy muy adulto".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_