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Julio Llamazares retrata en 'El cielo de Madrid' el viaje hacia la madurez

Para el escritor, que regresa a la novela tras una década, es un libro contra el "éxito vacío"

Andrea Rizzi

Una mirada hacia atrás. El retrato de una generación que pasa la sutil línea de sombra que separa la juventud de la edad madura. Alrededor, los años ochenta. Por encima de todo, El cielo de Madrid (Alfaguara). Es la esperada vuelta a la novela de Julio Llamazares (Vegamián, León, 1955) tras más de 10 años de silencio en este género, aunque en este tiempo ha escrito libros de viajes, guiones cinematográficos, artículos periodísticos. La novela fue presentada ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en un acto moderado por Juan Cruz y en el que participaron el escritor José Carlón, el director de cine Felipe Vega, el fotógrafo José Manuel Navia y el pintor Antonio Santos.

"Escribir es luchar contra el tiempo. Toda la escritura de Julio Llamazares me parece una construcción de tiempos. Trata de entender cómo el tiempo va dejando una pátina de humo en el alma humana". Con estas palabras, Juan Cruz abrió el acto de presentación de El cielo de Madrid en una sala abarrotada. A la hora de empezar, muchos se quedaron fuera. Dentro de la sala se encontraba también la cineasta Icíar Bollaín, con la que Llamazares colaboró en el guión de Flores de otro mundo, y Juan José Millás.

El autor introdujo la novela recordando sus orígenes. "En el año 1992 había una revista que se llamaba Lápiz. Querían sacar un monográfico sobre Madrid y me pidieron un artículo. Se llamaba 'El cielo de Madrid'. De ahí surge la novela".

Con traje negro y camisa amarilla, Llamazares añadió que fue entonces cuando se dio cuenta de que lo único que hubiera echado de menos al abandonar Madrid iba a ser el cielo. Sus azules y rosas velazqueños. "A veces la naturaleza parece imitar al arte. El cielo es el que guarda los sueños de la gente. Si pudiéramos levantar los techos de las casas, podríamos ver dentro de la vida de todos".

Estructurada sobre la base de la Divina comedia de Dante, la obra se desarrolla -desde el limbo hacia el cielo- como la crónica de la búsqueda de la felicidad de una generación, de la lenta y natural conversión de sus sueños en ambiciones y proyectos.

Llamazares precisó que "no se trata de una novela sobre la movida. Es un viaje a través de la memoria y una reflexión alrededor de la búsqueda de la felicidad". El autor reflexionó con tono amargo sobre cómo la sociedad empuja a la gente hacia el éxito social y profesional, descuidando la dimensión interior del ser. "De alguna forma, es una novela contra el éxito. El tipo de éxito que está vacío", dijo.

Juan Cruz añadió que, desde su punto de vista, la obra no es una sencilla "autobiografía de Julio, sino de los que hace veinte años teníamos 30 y, como decía Vasco Pratolini, éramos sinceros".

Llamazares, cuya obra abarca prácticamente todos los géneros literarios, desde la poesía (Memoria de la nieve, 1982) a la literatura de viajes (El río del olvido, 1990; Cuaderno del Duero, 1999), leyendo un fragmento del artículo que inspiró la novela, subrayó cómo "sólo algunos alcanzan sus sueños, y muchos ni siquiera se dan cuenta. El verdadero cielo lo tenemos justo encima de la cabeza".

El escritor Julio Llamazares.
El escritor Julio Llamazares.ULY MARTÍN
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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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