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Linda Fiorentino: "Hollywood identifica la mujer fuerte con la mujer mala"

La actriz y el director William Friedkin presentan en Madrid 'Jade'

Andrés Fernández Rubio

Linda Fiorentino y William Friedkin forman un buen equipo: saben reírse cuando están juntos. Y eso que hoy ella ha dormido mal y marca su faceta dura respondiendo con frases cortas y secas y desplegando la voz ronca que la ha convertido en la nueva femme fatale del cine americano. "La idea de los ejecutivos de Hollywood sobre la mujer es que si eres fuerte tienes que ser mala, lo cual dice bien poco de ellos", afirma la protagonista de La última seducción, que combina de nuevo inmoralidad, desprecio por los hombres y agresividad sexual en Jade, dirigida por Friedkin y cuyo estreno en España será el día 17. Ambos la presentaron ayer en Madrid tomándose el pelo a dúo.

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Hablando de Jade, basada en un guión de Joe Eszterhas en la línea de fantasías sexuales que éste inició en Instinto básico, Friedkin realiza la siguiente gran afirmación: "No creo que ningún acto sexual, pueda ser catalogado como perversión, salvo los que incluyan abusos físicos o mentales". "O la coprofilia", interviene de pronto Linda Fiorentino. Friedkin simula no comprender la palabra, y cuando ella trata de explicárselo, él responde: "Ah, ya entiendo, entonces he de declararme coprófilo". Y a continuación cuenta cómo a Richard Brooks, en una reunión con estudiantes, uno de ellos le preguntó: "¿Qué es lo primero y más importante que un director de cine debe aprender?". Y la respuesta de Richard Brooks fue: "Debe aprender a comer mierda".Seguramente Friedkin, el director de French Connection y El exorcista, pero también de películas menores dentro del entramado industrial de Hollywood, ha tenido mucho que tragar en sus luchas contra los vulgares ejecutivos que ordenan y mandan en el cine actual. Linda Fiorentino, de 35 años, también sabe algo sobre el asunto. Respecto a las típicas superproducciones de acción con héroes asexuados acompañados por un niño, afirma: "Normalmente, la mujer está allí para que se note que el héroe no es homosexual. Ése ha sido mi trabajo durante los últimos 10 años".

Canal de pago

Ahora su situación es bien distinta. Tras La última seducción, de John Dalil, Fiorentino ha sido calificada como la primera mujer fatal del feminismo. La actriz conoce bien las reglas del azar en el mundo cinematográfico, hasta el punto de que la película que la ha encumbrado se estrenó primero en un canal de televisión de pago, HBO, por desinterés de las distribuidoras. Sólo después de las críticas favorables, La última seducción llegó a los cines y Fiorentino se convirtió en una revelación, incluido el premio a la mejor actriz de los críticos de Nueva York.Con ese papel de mujer maquinadora que abría una bragueta buscando "cualidades de caballo" Linda Fiorentino pasó a formar parte de la leyenda de actrices "nacidas para el mal", emparentándose con la Kathleen Turner de Fuego en el cuerpo. "No estoy segura de querer ser un modelo de mujer para nadie, ni para mayores ni para niñas pequeñas", asegura. William Friedkin interviene: "Pero sí para su gato. Tiene un gato. Y le he dicho que él estaría muy orgulloso de verla anunciando comida para gatos". Linda Fiorentino prosigue aparentando no escuchar: "En Estados Unidos las mujeres en el cine parece que empiezan a tener mayores responsabilidades sociales y morales que los hombres. Y yo no quiero esa, responsabilidad".

Fiorentino es de las que piensa que en Hollywood no hay que andarse con contemplaciones. "Cualquiera que pueda sacarle dinero a Hollywood debería hacerlo, esa es mi teoría", dice. Porque allí tu único valor tiene que ver con lo que recaudas en taquilla". Esta panorámica de la industria le da un punto de vista pragmático. "Sólo trabajo si me gusta el proyecto o si necesito dinero", asegura. "Si no tengo dinero en el banco, no me arriesgo tanto. Si tengo dinero, espero a un buen guión". La actriz aparece vestida con un traje de color gris y el pelo recién lavado. La noche anterior ha recorrido la plaza Mayor y el Madrid histórico y ha cometido el fallo de tomar café a las once de la noche. "He dormido fatal", le dice a William Friedkin. Aunque su perfil resulta difícil, de frente Fiorentino es una belleza, ayudada por una piel de melocotón. Callada, su aspecto es dulce. Cuando habla su voz cazallosa da la alarma a sus enemigos.

Cuando se le pregunta sobre cuáles, son sus modelos del cine de los años cuarenta y cincuenta, no se lo piensa dos veces: "Orson WeIles". Y añade pensativa: "Marlon Brando". Ante la insistencia sobre modelos femeninos, cita con desgana a Barbara Stanwyck. Y respecto a la fiereza erótica de sus interpretaciones, Linda Fiorentino bosteza: "Me parece demasiado temprano para discutir sobre sexo".

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