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Llega a Sitges la nueva versión de 'Déjame entrar'

Matt Reeves calca el filme original sueco en una película estadounidense que supone la resurrección de la productora Hammer

Para el último día de concurso en Sitges, Déjame entrar, versión estadounidense de la mano de Matt Reeves (Monstruoso) y Tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas, el filme de tailandés Apichatpong Weerasethakul que ya ganó la Palma de Oro de Cannes. La mañana ha estado tomada por Déjame entrar -en inglés, Let me in, ligeramente diferente al título de la película original sueca, Let the right on in-. En la presentación, al lado de Reeves, un clásico entre los apasionados del terror, el guionista y productor Davis Pirie, autor de libros fundamentales sobre, por el ejemplo, el vampirismo en el cine, y una de las cabezas pensantes de la actual Hammer, aquella mítica productora inglesa de terror, renacida ahora con producciones como esta Déjame entrar.

Pirie ha asegurado que aunque esta Hammer es diferente ("es más fuerte, y tenemos nuestra propia distribuidora"), parte de su espíritu seguirá en esta productora. El culpable de la resurrección es el holandés John De Mol, sí, el mismo tipo que se forró con Gran Hermano. "Es curioso", comentaba Reeves, "que yo esté bajo el paraguas de la Hammer, porque yo con diez años era incapaz de ver filmes de terror".

Pirie confesó sus siguientes proyectos: The woman in black, basada en la novela homónima de Susan Hill y dirigida por James Watkins; una división propia de documentales; revisar algunos de los clásicos; The way back, de Peter Weir -"el filme tiene un tono épico con el que queremos ser más comerciales y ambiciosos"-, y resucitar al profesor y aventurero Bernard Quatermass. A su alrededor, varios ejemplares del estupendo libro Películas en la oscuridad, con la que el festival se sumerge en el cine gótico, y que venían al pelo para hablar de la Hammer.

Reeves comenzó a defender Déjame entrar, porque una versión de un filme que sólo tiene tres años de antigüedad es, cuanto menos, chirriante. El filme original de Tomas Alfredson dejó sin habla a medio mundo con una historia de amores y soledades entre una niña vampiro y su pequeño vecino. "Al principio me negué a dirigir el remake, pero luego recordé mi tristeza y mis sentimientos cuando mis padres se divorciaron, cosa que me unía con el autor de la novela [John Ajvide Lindqvist], que además estaba encantado con que hubiera una versión estadounidense, y cogí la oferta". Reeves pidió en la medida de lo posible que nadie del reparto ni del equipo técnico leyera la novela o viera el original sueco, "para que encontráramos nuestro propio camino", aunque las malas lenguas aseguran que era para esconder que estaba copiando. Como Alfredson, Reeves ha decidido dejar de lado la parte de la pedofilia y de la castración. Al menos, el sueco la apuntaba. "Si hubiera hecho una película sobre el protector, el personaje de Richard Jenkins, sí hubiera hablado de la pedofilia. Aposté por un estilo más humano, contar la historia a través de los ojos del niño, porque me intersaba mucho más el subtexto de terror que el mundo de los vampiros". Que es casi lo mismo que decía hace dos años Alfredson en la promoción en Madrid de su filme.

La mayor novedad en Let me in la aportan las imágenes de Ronald Reagan, que habla del imperio soviético como algo demoníaco. "Me llamó la atención que en el arranque de la novela se cuente que como es un vecindario de nueva construcción, no había iglesia, y eso le hacía estar más preparado para el mal. Por eso puse a Reagan hablando del demonio, con lo que también concretaba una época marcada por lo religioso y lo demoniaco; lo sé porque fueron los años de mi infancia. El niño protagonista tiene esas dos caras: la de buen chaval y la de alguien centrado en su venganza personal". Y Reeves se marchó tan contento.

El director estadounidense Matt Reeves acompañado del actor australiano Kodi Smith- McPhee, a la derecha,  posan para los medios esta mañana durante la presentación de la película Dejame entrar en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 2010.
El director estadounidense Matt Reeves acompañado del actor australiano Kodi Smith- McPhee, a la derecha, posan para los medios esta mañana durante la presentación de la película Dejame entrar en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 2010.EFE
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