Lucas llena Cannes de soldados imperiales en el estreno del episodio final de 'Star Wars'

George Lucas ha presentado hoy en el Festival de Cannes la última entrega de la saga de Star Wars, Episodio III: La venganza de los Sith, que cierra el círculo iniciado hace casi 30 años y que narra la transición de Anakin Skywalker al lado oscuro de la fuerza, olvidando su formación Jedi al servicio de la Federación y convirtiéndose en el malvado Darth Vader. Acompañado de los principales protagonistas del filme, Natalie Portman, Hayden Christensen y Samues L. Jackson, Lucas ha llenado de blancos soldados del Imperio el festival de cine más importante del mundo con la película más esperada.

Cómo dudar, al cabo de treinta años de desafío de la imaginación, de la importancia en la historia del cine de esta gran saga, casi fundacional de la ciencia-ficción. Fue en 1971 cuando Lucas comenzó la redacción de la historia cuyo primer episodio, el cuarto, se estrenó en 1977. Desde entonces cada nuevo episodio ha constituido un rito generacional, hasta esta Venganza de los Sith, el tercer episodio.

Tres años de preparación, 55 días de rodaje y media docena de países recorridos son el balance resumido de esta nueva aventura que completa los orígenes de los tres primeros episodios rodados. Sabemos de antemano que el tema central de la obra será la transformación de Anakin Skywalker (Hayden Christensen) en el siniestro Darth Vader. Prisionero de su ambición y de sus sentimientos por su esposa, la Princesa Padmé Amidala (Natalie Portman), Anakin se aliará con el Siniestro Senador Palpatine, dispuesto a exterminar a los Jedi. Para ello Anakin deberá traicionar a su mentor, Obi-Wan Kenobi (Ewan MacGregor), único superviviente, con el Maestro Joda, de la destrucción.

Todo ello se realiza en un perpetuo fuego de artificio visual que alterna las escenas de combates y de batallas (terrestres y aéreas) con las escenas dramáticas que hacen avanzar la acción. En la transformación de Anakin influyen elementos diversos que ponen de manifiesto la complejidad del alma humana ante las decisiones importantes de la existencia.