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Shirley MacLaine: "Me encanta dejar la vanidad y la cosmética"

La actriz norteamericana Shirley MacLaine se encuentra en Madrid para promocionar su última película, Madame Sousatzka, dirigida por John Schelesinger.Este filme significa la vuelta a la pantalla grande de la artista, que estaba apartada del cine desde que en 1983 consiguiera el Oscar de Hollywood a la mejor actriz principal por La fuerza del cariño. Actriz fundamentalmente de comedia, en Madame Sousatzka hace el primer papel dramático de su carrera cinematográfica.

Dicen que a partir de los 40 años cada cual tiene la cara que se merece. Shirley MacLaine tiene ya muy rebasada esa edad, pero su cara es magnífica. Su sola presencia provoca alegría de vivir. Posee además un natural sentido del humor y un sosiego en la mirada. Todo parece indicar que también tiene una cabeza muy lúcida, con sus toques de exotismo: es firme defensora de la teoría de la reencarnación y afirma sin pestañear que ha vivido ya 10 vidas.

Feminista

Es feminista, naturista, pelirroja y pecosa. Según dice en su obra Lo que sé de mí, en vidas anteriores fue sacerdotisa inca, montaña y bailarina de harén entre otras cosas. Si a estas vidas les añadimos las que ha interpretado en sus 21 películas, nos podemos hacer una idea de la vitalidad de esta mujer: "Yo pienso que tengo dentro de mí a varias personas".

Para ella, la edad es algo que carece de importancia: "¿Envejecer? Me encanta dejar la vanidad y la cosmética y atender a lo esencial. Además, los guionistas escriben buenas obras para una actriz cuando creen que su sexualidad ha desaparecido".

En Madame Sousatzka interpreta a una profesora de música que se obsesiona con uno de sus alumnos. En esta película, Shirley MacLaine ha utilizado técnicas interpretativas relacionadas con sus creencias metafísicas: "Entre los actores se suele hablar de cómo entrar en un papel. Mi técnica se basa justamente en lo contrario: es el personaje quien se mete en mí. De este modo me di cuenta de que madame Sousatzka era real. Incluso me percaté de que le gustaban en exceso las pastas de chocolate, hasta tal punto que engordé 12 kilos durante el rodaje. Cada día, al terminar de rodar, ella se iba a su casa y yo a la mía. El resultado ha sido excelente'.

En muchas de sus películas interpreta a inolvidables prostitutas. La reincidencia en papeles de ese tipo la justifica con una sonora sonrisa: "Ése debe ser un problema de mi vida pasada. Entonces deseaba interpretar a víctimas, ahora hago de señora".

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