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El Reina Sofía recupera la escultura desconocida y dispersa de Pérez Mateo

La exposición incluye también dibujos y fotografías de obras perdidas realizadas por el artista

Aurora Intxausti

Estudioso de la geometría del espacio, el escultor Francisco Pérez Mateo (Barcelona, 1903-Madrid, 1936) logra, a través de sus obras en piedra, expresar sus más profundos sentimientos. En la exposición que se inauguró ayer en el Museo Nacional Reina Sofía (Santa Isabel, 52) se exhiben ocho esculturas en piedra a la 'talla directa', una escultura en yeso, un bronce, una pulsera tallada en madera de boj y un anillo tallado en marfil. Además, se muestran seis dibujos y una serie de fotografías de obras que el artista realizó y que se encuentran en paradero desconocido.

Una de las salas de la segunda planta del Reina Sofía acoge parte de la obra -dibujos y esculturas- que realizó el escultor catalán Pérez Mateo. La muestra, según su comisaria, Josefina Alix, forma parte del programa de 'desenterrar a figuras que tienen alguna obra en las colecciones del museo, pero que siguen siendo artistas desconocidos por el gran público'. Alix cree que es necesario que figuras como la de Pérez Mateo salgan a la luz porque 'son artistas muy buenos y la obra no está expuesta en la colección permanente del Reina Sofía'. Añade que como escultor 'es magnífico, nada conocido, entre otras circunstancias porque murió durante la guerra civil, en el frente de Madrid, en noviembre de 1936'.

La vida profesional de Pérez Mateo fue muy corta, 'es un artista único en el panorama de la escultura del arte occidental que desarrolla la Nueva Objetividad. Aparte de ser único en su estilo, también lo es en sus temas', apunta la comisaria. El artista trabajó al hombre practicando diferentes actividades deportivas, desde la natación al lanzamiento de martillo o el boxeo. 'Se vale de unas formas cerradas, macizas y cúbicas, de unas líneas simples, claras y bien delimitadas, y de una temática estricta y moderna que enlaza con el interés que demostraban por este tema los poetas de la generación del 27', explica Alix.

Escasez de obra

La producción de Francisco Pérez Mateo no es conocida para el gran público, según la responsable de la muestra, debido a la escasez de obra que ha pervivido, así como a la casi imposible localización, hasta el momento, de muchas de sus esculturas. 'Algunas se vendieron en el Rastro de Madrid en los años cincuenta, y quienes las vendieron no conservan archivos ni un catálogo de obra. No se sabe quiénes las adquirieron y muchas de ellas se encuentran sin firmar. Se conoce su existencia por las fotografías que se realizaron cuando el artista las creó'. La comisaria hizo un llamamiento a los coleccionistas particulares para que saquen a la luz la obra del escultor.

Alix comentó que dos obras del artista, una cabeza de Lenin y un relieve, permanecen enterradas bajo el asfalto de Madrid, al deshacerse de ellas en los años cuarenta el comprador de la casa de sus padres en la capital, donde tenía el estudio Pérez Mateo.

El escultor viajó a París en 1925 y a su regreso a España decide trabajar la talla de piedra. De esta etapa son las piezas Niño arquero, Retrato de Antonio Alix, Retrato de Berta Singerman o Mujer dormida.

Pérez Mateo llegó a realizar un gran relieve en cemento para el cine Capitol de Madrid representando, en primer plano, a un obrero y, al fondo, diversas máquinas. El relieve se colocó en la fachada, sobre la entrada a la sala, para el estreno de la película Tiempos modernos, de Charles Chaplin.

El artista trabajó durante un tiempo en el taller de propaganda de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, donde realizó una serie de bocetos de Milicianos destinados a la elaboración de carteles.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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