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Mafalda descubre el 'amol' en Cuba

Los humoristas Quino y Juan Padrón triunfan en la Feria del Libro de La Habana

En todos los lugares del mundo el humor es necesario para vivir. Pero quizás más que en ninguno lo es en Cuba, donde es imprescindible para sobrevivir. Los cubanos llevan el choteo y el doble sentido en la sangre, y lo utilizan no sólo como arma arrojadiza, sino a modo de colchón para defenderse del poder y los imponderables. No es de extrañar, por ello, que en la XVI Feria Internacional del Libro de La Habana, dedicada este año a Argentina, dos humoristas hayan triunfado: son Joaquín Lavado, Quino, y el cubano Juan Padrón, autor de la película de culto Vampiros en La Habana.

Ambos son viejos amigos y colaboradores, y durante la feria presentaron dos libros de caricaturas (Quino) y dos delirantes novelas de aventuras para jóvenes (Padrón). "Lo nuestro no es amistad, es amol", dijo el dibujante argentino de Padrón al entregar ¡Qué presente impresentable!, su último volumen, y Todo Mafalda. Quino cedió los derechos de estos libros para que se comercialicen en Cuba a precios de ganga: a 35 centavos de dólar se vendió el primero, y a seis dólares el segundo, pese a ser una lujosa edición de Lumen de 500 páginas.

La feria, casi una verbena popular, concluyó el domingo en La Habana y ahora recorrerá 40 ciudades del país, hasta el 11 de marzo. Más de 500.000 personas pasaron en los últimos 10 días por la fortaleza colonial de La Cabaña, sede del encuentro editorial en la capital, en el que participaron el nobel de Literatura nigeriano Wole Soyinka, la mexicana Elena Poniatowska y el paquistaní Tariq Ali, entre otros. El Gobierno de Néstor Kirchner, haciendo honor a su condición de país invitado, donó un total de 250.000 libros, entre antologías de poesía, cuentos, literatura infantil, historietas y cancioneros.

Como en anteriores ferias, los niños y jóvenes fueron protagonistas principales, y se pusieron a la venta cientos de miles de ejemplares para ellos, todos baratos. Entre otros, los de Quino y Padrón, aunque los dos practican un humor que es para todos los públicos.

La amistad de ambos se remonta a 1984, cuando Quino viajó por primera vez a La Habana invitado a un festival del Nuevo Cine Latinoamericano. Los dos recuerdan una anécdota de entonces. El presidente cubano, Fidel Castro, organizó una recepción para agasajar a los asistentes al festival, y allí Quino fue presentado al mandatario. Preguntó Castro al argentino que cómo se había sentido, y Quino respondió que bien, aunque comentó que le había sorprendido no haber visto una sola caricatura suya en la prensa. "Me dijo: 'Bueno, pues hazla tú...", recuerda. "Y tras unos segundos de silencio, bromeó: 'Pero no me vayas a hacer contrarrevolución, o tendré que meterte preso".

Quino hizo la caricatura, que por supuesto no fue publicada en Cuba, pero desde aquel viaje quedó enganchado a Padrón y a la isla. En éste, su noveno viaje a La Habana, Quino confirmó que ha decidido tomarse una especie de "año sabático". "Es que este presente tan tremendo que estamos viviendo, como que me ha desbordado", asegura. "Encuentro que estoy repitiéndome en mi temática de estar contra estas guerras absurdas, contra esta manera absurda de destruir el planeta. Quiero tomarme un tiempito, coger distancia a ver si logro salir con algo distinto, nuevo".

Quino no defraudó

La presentación de Quino en la feria fue uno de los actos más concurridos. Y no defraudó. Aseguró que la gente le sigue preguntando qué pensaría ahora Mafalda sobre tal o cual tema, si estaría casada, si tendría hijos... "Cuando dejé de hacer Mafalda dejé de hacer Mafalda", respondió. Y enfatizó: "Para mí es un personaje más". Otra perla, para los que esperan una genialidad suya cada vez que abre la boca: "La gente cree que a uno se le ocurren las ideas así... Pero cada tira de Mafalda eran cuatro horas de estar pensando qué puede decir de inteligente esta nena, y tres horas más para dibujarla. Luego la gente se encuentra a uno y quiere que diga cosas inteligentes, y no".

Padrón presentó en la feria sus dos primeras novelas: Vampiros en La Habana y Elpidio Valdés contra dólar y cañón. Son aventuras para jóvenes, cargadas de humor, que retoman el argumento de las películas de dibujos animados que le han hecho famoso. La de Elpidio... fue en realidad algo más parecido a una presentación virtual, pues por problemas de imprenta -típico cubano- la obra no llegó a tiempo a la feria.

Dos niños en el recinto de la Feria del Libro de La Habana.
Dos niños en el recinto de la Feria del Libro de La Habana.EFE
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