Manzanares se pierde las tardes madrileñas por una infección
Pocos toreros cuentan con los privilegios del joven espada alicantino José María Dolls Samper, Manzanares, como su padre. En los carteles de San Isidro no solo se anunciaban las dos ganaderías más deseadas por sus compañeros de oficio, Núñez del Cuvillo y Juan Pedro Domecq, sino que además contaba con el honor de tener un rejoneador abriendo plaza en su primer compromiso.
Sin embargo, después de tanta deferencia el matador no podrá torear. Una operación de hernia discal le mantendrá apartado de los ruedos más tiempo del esperado. Aunque superó la intervención, una infección posterior le obliga a guardar reposo. Tras actuar en Bogotá, el diestro comenzó a notar dolores aunque no le dio más importancia. En Valencia toreó con molestias. En Ubrique y Cabra el dolor ya era insoportable.
Antes de torear en la plaza de la Maestranza se sometió a un estudio médico, pero finalmente mantuvo su compromiso. "Lo hizo con dolores, infiltrado, sin poder hacer el toreo como él sabe. No podía seguir así, el daño podría ser irreversible", explica Antonio Matilla, apoderado del diestro, para tratar de zanjar las especulaciones de la afición, un tanto escamada por el hecho de que Manzanares haya actuado en Sevilla y no lo haga en Las Ventas.
Matilla prevé que no estará listo para torear hasta la feria de Granada, a finales de mayo, lo que significa que se pierde las dos tardes de Madrid y una en Bilbao. A finales de semana, su médico personal le hará una nueva revisión para concretar plazos de rehabilitación fiables.
La empresa de la plaza de toros ha ofrecido su vacante a El Cid a la desesperada para tratar de contrarrestar la mala impresión dejada por dos tardes llenas de desaciertos. El cartel lo completan Morante de la Puebla y Julio Aparicio, este último también es duda tras cortarse un tendón de la mano.
