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Reportaje:

Minimalismos más allá del arte minimalista

La Fundación March muestra 116 obras de la colección Daimler

"El arte europeo no me interesa en absoluto y creo que ha terminado". Con esta afirmación, Donald Judd reivindicaba en 1964 el carácter genuinamente estadounidense del arte minimalista. Otros artistas, como Barnett Newman o Frank Stella, también proclamaron su ruptura con la tradición europea. La exposición MAXImin. Tendencias de máxima minimización en el arte contemporáneo, inaugurada ayer en la Fundación Juan March de Madrid, ofrece una lectura diferente de ese postulado. A través de una selección de 116 obras procedentes de la colección de arte de la Daimler de Stuttgart, la muestra se aparta de los límites espacio-temporales de la estricta definición de arte minimalista -es decir, Estados Unidos durante los años sesenta- para reflejar cómo el minimalismo, entendido como reducción de medios expresivos se encuentra ya desde principios del siglo XX "en todas las tendencias y en todos los continentes", según Javier Gomá.

La historia propuesta comienza con un lienzo de Adolf Hölzel de 1909
El hilo conductor es un método común: la máxima minimización

La fundación que éste dirige mantiene su filosofía de organizar exposiciones de tesis. En esta ocasión quiere mostrar que, desde el arte abstracto hasta la actualidad, es posible encontrar expresiones artísticas con un hilo conductor: la máxima minimización. "La reducción de la figura, del color y de la forma; la de la obra de arte a su objetualidad, o la de los medios y materiales artísticos a los industriales o a los propios de la producción en masa son aspectos diversos de una misma reducción metódica que ha sido y es común a gran parte del arte moderno y contemporáneo", explica el texto introductorio del catálogo, preparado en colaboración con la directora del departamento de arte de la colección Daimler, Renate Wiehager.

El nombre de la muestra se toma de la teoría matemática de los juegos. En ella existe la denominada estrategia del maximin, que, sin entrar en profundidades, recuerda al lema minimalista.

La historia de la corriente que propone la Fundación Juan March comienza con un óleo de 1909 de Adolf Hölzel, profesor de la Academia de Stuttgart -precursora de las propuestas de la Bauhaus, según Daniela Heinze, coordinadora de la exposición- y pionero del arte abstracto, y llega a la actualidad con el neoyorquino Vincent Szarek o la japonesa Are You Meaning Company (seudónimo de la artista Ayumi Minemura).

Entre esos dos momentos, la muestra pasa por la Bauhaus (Josef Albers, Max Ackermann), el arte concreto (Max Bill, Verena Loewensberg), precursores y coetáneos del arte minimalista clásico americano (Jean Arp, Oli Sihvonen), representantes de la escena neoyorquina (Ilya Bolotowsky, Joe Baer, Sol Lewitt), y de los movimientos Neo Geo y Zero.

Instalación<i> Empezar otra vez de cero </i>(de la serie <i>Educación a través de la decoración),</i> de Simone Westerwinter.
Instalación Empezar otra vez de cero (de la serie Educación a través de la decoración), de Simone Westerwinter.
Fuente (2/67), obra realizada en 1967 por Jeremy Moon (1934-1973).
Fuente (2/67), obra realizada en 1967 por Jeremy Moon (1934-1973).
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