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Moratinos se aferra a la cultura

Editores y creadores apoyan la reivindicación de César Antonio Molina

Ni un milímetro de cesión. Miguel Ángel Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores, fue ayer igual de tajante que el día anterior su colega de Cultura, César Antonio Molina, sobre quién debe gestionar la política cultural en el exterior. Moratinos no tiene dudas: el modelo debe continuar igual, lo que significa que su departamento conserve el control de las iniciativas culturales en el extranjero. "Exteriores cumple con su obligación, que es tener el instrumento cultural como elemento de fuerza, de marca, de imagen de España, que es lo que muchas veces nos piden nuestros empresarios y ciudadanos", dijo ayer en el desayuno informativo de Europa Press, al que había acudido un día antes el titular de Cultura. A Moratinos no le asombró la reivindicación de Molina, muy crítico con el hecho de que el Instituto Cervantes y la Sociedad Estatal para la Acción Cultural en el Exterior (Seacex) estén bajo la batuta de Exteriores, como ocurre en la actualidad. Pero no dejó lugar a la duda: "La cultura es también un elemento de la política exterior en el sentido global". Y también sacó pecho: "Tenemos esa capacidad horizontal no sólo de coordinación, sino de proyección de todos los intereses globales de país. Lo estamos haciendo de manera muy correcta y eficaz".

El Instituto Cervantes fue creado en 1991 para promocionar la enseñanza del español y difundir la cultura hispana en el exterior. En su consejo de administración se sientan los ministerios de Asuntos Exteriores, Educación y Ciencia, Cultura y Economía y Hacienda, pero el 90% de su presupuesto sale de Exteriores, como recordó oportunamente Moratinos.

Pero César Antonio Molina no está solo en su batalla. Paradójicamente le apoya plenamente el PP. "Nos felicitamos porque el ministro se haya hecho eco de lo que habíamos planteado para que el Cervantes y la Seacex sean asumidos por su ministerio", ironizó José María Lasalle, portavoz de Cultura del PP en el Congreso, que ha presentado una proposición no de ley para traspasar la gestión de ambas instituciones. Lasalle defendió la construcción de "una política cultural de Estado entre PP y PSOE" y que "la gestión cultural tiene que estar en manos de técnicos que conozcan la cultura".

También salieron en defensa de Molina distintos representantes del sector cultural. Uno de los más significativos por el peso que tiene la industria editorial en el exterior fue el respaldo de la Federación de Gremios de Editores de España. "No se puede hacer una política cultural en el exterior si no tienes los instrumentos y si esos instrumentos no dependen de ti", indicó el director de la federación, Antonio María Ávila. "Los consejeros de agricultura, educación o comercio dependen de sus ministerios aunque estén a las órdenes del embajador. No tengo la menor duda de que lleva la razón el ministro de Cultura porque su petición es coherente", agregó. De similar parecer fueron Eduardo Bautista, presidente de la SGAE, y Jorge Basso, secretario general de la Unión de Actores. El más equidistante fue el portavoz socialista de Cultura en el Congreso, Rafael Simancas, que rehusó tomar partido en la batalla: "Los dos ministros comparten la necesidad de coordinar toda la política cultural en el exterior. Todo es mejorable, pero en general las cosas están saliendo bien".

Miguel Ángel Moratinos y César Antonio Molina se hacen confidencias en un acto del Instituto Cervantes, que ambos se disputan.
Miguel Ángel Moratinos y César Antonio Molina se hacen confidencias en un acto del Instituto Cervantes, que ambos se disputan.EFE
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