Una historia de fracasados

Las historias de fracasados no suelen ser muy normales en cine, y mucho menos dentro de la cinematografía norteamericana por lo que tienen de poco comercial. De ahí precisamente nace el atractivo de Gente de Sunset Boulevard, terrible título castellano del original norteamericano Mistress, que podría traducirse como queridas, o amigas, pero en ese mismo sentido. Es una ambiciosa historia que gira en torno a varios fracasados, pero sobre todo a tres de ellos. Lo más curioso es que las profesiones de estos tres personajes son las de productor de cine, director de cine y guionista de cine. Esto hace que su planteamiento sea todavía mucho más exótico.El interés del estudio sobre el fracaso que encierra Gente de Sunset Boulevard reside tanto en que los tres protagonistas pueden tomarse por el desarrollo de uno solo en diferentes etapas de su vida, como en que está expuesto a través de una terrible crítica a un determinado cine norteamericano. Aunque la sucesión de fallos que acumula hace que el resultado quede demasiado lejos de la idea original, de lo que pudo ser y desde luego no es.

En primer lugar el actor secundario Barry Primus, que debuta en esta ocasión como realizador, demuestra ser un buen argumentista, pero un regular guionista y un director a quien le queda mucho que aprender y que esta ambiciosa historia le resulta demasiado compleja.

Aunque el principal problema de Gente de Sunset Boulevard es que Robert de Niro no sea el protagonista, sino un personaje episódico, uno de los inversores, y se limite a aparecer en unas seis escenas. Y por el contrario Robert Wuhl ni da el tipo del realizador protagonista, ni siquiera es un mediocre actor, es simplemente malo.