Nada que ver con el original

A pesar de desarrollarse buena parte de la acción en la ciudad de Los Ángeles, tras City of angels no se esconde una supuesta denominación en inglés del lugar, sino una nueva versión de la producción alemana Cielo sobre Berlín (1987), de Wim Wenders. Basada en un guión original del propio Wenders y del novelista Peter Handke, era una larga, filosófica y pretenciosa historia llena de ángeles, que marca el principio del fin de la decadencia del director alemán. Lo que no impide que sea origen de otra película suya, ¡Tan lejos, tan cerca! (1993), todavía con un interés más restringido, y de esta versión norteamericana que muy poco, o nada, para bien o para mal, tiene que ver con el original.En la recién estrenada City of angels sólo queda la idea de la existencia de ángeles mezclados con los humanos sin que éstos puedan verlos, salvo en muy determinadas condiciones, y las dificultades existentes para que un humano se enamore de un ángel, pero también la idea de que para el amor nada es imposible.

El director Brad Silberling (autor de la película infantil de fantasmas Casper), narra el amor que nace en un quirófano entre la eminente doctora que está operando y el ángel de la muerte que viene a llevarse al paciente. Silberling y su guionista Dana Stevens tienen la habilidad de pasar por encima de los filosóficos problemas planteados al enfrentar a una médica atea y a un enviado de Dios. Por otra parte, caen en la trampa de jugar con la facilidad de los ángeles para desplazarse y contemplar las ciudades desde puntos insólitos.

En cualquier caso, hay que reconocer que Brad Silberling consigue que City of angels sea una atractiva historia de amores más fuertes que la vida, lo cual es bastante de agradecer. Por una vez, y sin que sirva de precedente, la sencilla copia norteamericana tiene más interés que el pedante original europeo.