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Niceto Alcalá-Zamora, el presidente cronista del 36

Se publica el primer volumen de los diarios del político republicano, robados en 1937 y depositados ahora en el Archivo Histórico Nacional

Las memorias escritas por Niceto Alcalá-Zamora durante los últimos meses que pasó como presidente de la Segunda República han visto al fin la luz tras vicisitudes dignas de un guion de Hollywood. El original fue robado en 1937 de una caja fuerte del Crédit Lyonnais a nombre de su esposa, a instancias, según su nieto José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano, de su sucesor en la Jefatura del Estado, Manuel Azaña. "Unos policías descerrajan la caja, se llevan los documentos y alhajas de mi abuela y las memorias se publican adulteradas en Valencia", aseguró ayer jueves su nieto, en la presentación de Asalto a la República (La esfera de los libros), los diarios que escribió Alcalá-Zamora de enero a abril de 1936.

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Durante décadas, el original permaneció en manos de un funcionario que, al morir, se lo entregó a sus descendientes. Y son estos nuevos depositarios, los Soria, quienes permiten retomar la pista a la familia de Alcalá-Zamora, que contacta con ellos para reclamarlos. "Tenemos una lucha titánica para recuperarlos, pero un día nos pedía un homenaje y otro dos millones de pesetas (12.000 euros)", comentó José Alcalá-Zamora en el acto celebrado en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

Ese tira y afloja incluye la mediación de César Vidal y finalmente la denuncia de la familia a la Guardia Civil, que se incauta de los originales y los remite al Ministerio del Interior, que a su vez los entrega a la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura. Mientras se dirime el pleito interpuesto por la familia Alcalá-Zamora, los originales se depositaron en la caja fuerte del ministerio pero esto dio pie a toda clase de interpretaciones conspiratorias con las que ayer jugueteó de nuevo el nieto del presidente de la Segunda República: "Intento acercarme a la Dirección General del Libro y un funcionario no me dejó ver los diarios, pero todo el Gobierno los está viendo, empezando por Zapatero, que pide informes sobre su abuelito el masón". Esta acusación motivó que Virgilio Zapatero, exministro socialista y asistente al acto, abandonase la sala.

Pero más contundente aún es el editor de la obra, Jorge Fernández-Coppel, que en el prólogo acusa al Estado de haber cometido el "tercer robo" de las memorias del político republicano y apunta a Blanco como responsable: "Poco podíamos imaginar en aquel momento que aquel hombre, sin ningún tipo de moral ante este asunto, se iba a convertir en directo heredero de los hombres que ordenaron el robo de las memorias en 1937". La Abogacía del Estado, según Cultura, está sopesando la presentación de una demanda contra el editor por estas acusaciones.

Documentos al Estado

La familia Soria, tras ver cómo se reconocía su posesión tras el tiempo transcurrido (aunque la propiedad intelectual es de los Alcalá-Zamora), entregó los documentos al Estado en dación por el pago de impuestos. La valoración económica que se hizo de los mismos fue de 80.000 euros. Desde entonces están depositados en el Archivo Histórico Nacional, donde pueden ser consultados por cualquiera y donde ha trabajado el editor de este volumen.

Con tan rocambolesca vida, la trayectoria del original ensombrece el valioso contenido del mismo. Los diarios son un relato de primera mano de un protagonista excepcional de los intensos acontecimientos que preceden al golpe militar y la Guerra Civil en 1936. "Es un texto capital para estudiar la crisis de 1936, una de las más dramáticas de la historia contemporánea de España", remarcó el historiador Juan Pablo Fusi en la presentación. También el hispanista Stanley G. Payne subrayó su valor y el de la figura del liberal Alcalá-Zamora como la del genuino representante de la tercera España, moderada y centrista: "Vivió por la ley y, políticamente, murió por la ley. Esa es su gloria y su tragedia".

El libro publicado ahora es la primera parte de una trilogía que se completará en 2012, según Ymelda Navajo, directora de La Esfera de los libros. Se corresponde con lo que Niceto Alcalá-Zamora tituló como Dietario de un presidente, que arranca el 1 de enero de 1936 y concluye el 8 de abril, tras su destitución acordada entre Manuel Azaña e Indalecio Prieto. Y es contundente en su absoluto respeto a la legalidad. "No conviviría con nada que sea golpe de Estado, hechura de este o situación de fuerza", escribe Alcalá-Zamora, que murió en el exilio en Buenos Aires, rechazado por unos y por otros.

El político español Niceto Alcalá-Zamora (derecha), en una imagen de principios de 1931.
El político español Niceto Alcalá-Zamora (derecha), en una imagen de principios de 1931.CORDON PRESS
Un retrato del político republicano Niceto Alcalá-Zamora.
Un retrato del político republicano Niceto Alcalá-Zamora.CORDON PRESS
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