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El Nobel Seamus Heaney reclama la protección de las lenguas minoritarias

El poeta irlandés Seamus Heaney, premio Nobel de Literatura en 1995, reclamó en Oviedo la protección de los idiomas vernáculos, arrinconados en pequeños territorios en los que ni tan siquiera son lenguas mayoritarias, sin que ello deba entenderse como exclusión de un horizonte idiomático más amplio ni la renuncia al uso de las "lenguas francas" dominantes. Para Heaney, el asturiano y el irlandés viven circunstancias análogas que han de ser objeto de protección y de "respeto internacional" porque son "depósitos de memoria histórica y un refuerzo de la identidad". A su juicio, su conservación y reconocimiento no han de ser vistos ni utilizados como el propósito de "erigir barreras contra los demás", sino como pretensión de convivencia: "Integrar la primera lengua y la lengua franca es lo mismo que vivir a la vez en lo global y en lo local", sostuvo.

Seamus Heaney, vinculado desde hace décadas por relaciones familiares a Asturias, región que visita con frecuencia y en la que se ha inspirado para escribir algunos de sus poemas, participó, invitado por la Consejería de Cultura del Principado, en la XXVI Selmana de les Lletres Asturianes, donde impartió una conferencia en la Universidad de Oviedo y protagonizó varios recitales, el primero de ellos en asturiano, en el Parlamento de la Comunidad, y el segundo, en el Auditorio de Oviedo, y que coprotagonizó con el también poeta Luis García Montero, y con los poetas asturianos en bable Xuan Bello, Berta Piñán, Antón García, Pablo Antón Marín Estrada, Esther Prieto, Lurdes Álvarez, Taresa Lorences y Vanesa Gutiérrez.

Paradojas

Heaney (condado de Derry, Irlanda del Norte, 1939) reclamó la defensa de las lenguas vernáculas y sostuvo que cuando se las tacha de "arcaicas" y sin posibilidades de futuro porque "no tienen nada que hacer" en Internet, "se ataca el dúchas", que es como si se estuviese atacando "un valor esencial". Dúchas es un término gaélico (se pronuncia "dujas") y de difícil traducción porque su campo semántico abarca un compendio de significados -patrimonio, herencia, lugar natal, lazo, afinidad, ligazón con la ascendencia, instinto, tendencia natural...- todos ellos vinculados a las raíces culturales, a las esencias y ancestros, y a los orígenes del ser y sentir individual y colectivo.

A juicio del poeta, prosista, traductor y ensayista irlandés, residente en Dublín y profesor en las universidades de Oxford y Harvard, "una de las paradojas del mundo globalizado es la resistencia y el resurgir de los idiomas pequeños del mundo, la solidaridad que recorre desde Irlanda a Estonia, desde las islas Feroe hasta Asturias, y desde el País de Gales al País Vasco". Pero "lo esperanzador", adujo, es que, igual que ocurre con la conservación del planeta y la biodiversidad, "el respeto por las lenguas pequeñas es mucho más fuerte a comienzos del siglo XXI de lo que lo fue en los inicios del XX".

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