_
_
_
_
_
Reportaje:Un maestro literario, una conciencia política | Análisis de su obra

Un Nobel con campesino dentro

La mezcla de compromiso social y exigencia estética marcó la obra del autor - Saramago trabajaba en una nueva novela hasta que las fuerzas le abandonaron

Javier Rodríguez Marcos

José Saramago era el más hispano de los escritores portugueses contemporáneos. En eso, aunque sin cambiar de lengua, seguía una larga línea que incluye a autores clásicos como Jorge de Montemayor o Gil Vicente. De un verso de este último, precisamente, había sacado el premio Nobel el título de la novela en la que trabajaba hasta que la enfermedad lo dejó sin fuerzas. Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas, de la que llevaba escritas unas 30 páginas, es una reflexión sobre el tráfico de armas a través de la historia de un empleado de una fábrica de armamento.

No obstante, su próximo libro, que publicará Alfaguara, su editorial española, será José Saramago en sus palabras un autorretrato intelectual y político del escritor a través de extractos de entrevistas y conferencias. Fernando Gómez Aguilera ha sido el encargado de ordenar los temas en voces como Lisboa, Pesimismo, Dios, No, Iberismo, Lanzarote o Muerte. Además, el director portugués Miguel Mendes estrenará a finales de julio el documental Jose y Pilar (unión ibérica), producido por Pedro Almodóvar y Fernando Meirelles. Éste último dirigió hace dos años A ciegas, la adaptación cinematográfica protagonizada por Julianne Moore de la novela Ensayo sobre la ceguera.

Fue poeta antes que novelista de éxito y antes que poeta, pobre
'Ensayo sobre la ceguera' abrió una etapa de novelas de tesis
Más información
El 'Até amanhã' de Saramago
Por qué la gente quería tanto a Saramago
Los portugueses despiden a Saramago en Lisboa
Portugal llora y el Vaticano ataca

José Saramago fue un árbol con muchas ramas. De entrada, fue poeta antes que novelista de éxito y antes que poeta, pobre. Si se suma el periodismo a esos otros tres factores (pobreza, poesía y novela) se entiende la fusión entre preocupación social y exigencia estética que ha marcado la obra del único premio Nobel de la lengua portuguesa hasta hoy. En 1998, el máximo galardón literario del planeta reconoció a un hijo de campesinos sin tierra que había nacido en 1922 en Azinhaga, Ribatejo, a 100 kilómetros al norte de Lisboa. Tenía tres años cuando su familia emigró a la capital, donde las penurias rurales se tornaron en penurias de ciudad. Así, el futuro escritor se formó en la biblioteca pública de su barrio mientras trabajaba en un taller tras abandonar la escuela para ayudar a mantener la casa.

Las pequeñas memorias es el título que Saramago puso al relato de una infancia que siempre tuvo un pie en la aldea de la que había emigrado. Levantado del suelo (1980), por su parte, cuenta las peripecias de varias generaciones de campesinos del Alentejo. No fue su primera novela pero sí la que supuso su primera consagración después de que Manual de pintura y caligrafía rompiera en 1977 un silencio de casi 30 años. Eran los que habían pasado desde la aparición de Tierra de pecado, su verdadero estreno como novelista. En esas tres décadas Saramago había trabajado como administrativo y empleado de seguros; se había casado y divorciado, publicado tres libros de poemas, ingresado en el Partido Comunista -clandestino durante la dictadura de Salazar- y, sobre todo, consagrado como periodista.

En 1982 publicó Memorial del convento y dos años más tarde, El año de la muerte de Ricardo Reis. Esas dos novelas multiplicaron la fama internacional de Saramago. A los lectores desconcertados por la intensidad poética, la mezcla de voces y la ausencia en sus libros de marcas convencionales en los diálogos solía darle siempre un mismo consejo: "Léalo en voz alta". Funcionaba.

A partir de entonces, la actividad del escritor se vuelve frenética: novelas, diarios, obras de teatro y hasta un blog. Tras la fábula iberista La balsa de piedra (1986), en la que España y Portugal se desgajan literalmente del continente europeo, llegaron Historia del cerco de Lisboa (1989) y El Evangelio según Jesucristo (1991). Su visión heterodoxa levantó una polémica que arreció cuando el gobierno portugués se negó a presentar el libro al Premio Literario Europeo. Herido por aquel gesto, Saramago se instaló en Lanzarote con Pilar del Río, su última esposa y nueva traductora, que tomaba el relevo de Basilio Losada. Una polémica similar estalló el año pasado cuando se publicó Caín, considerada hiriente por la jerarquía católica lusa.

La publicación en 1995 de Ensayo sobre la ceguera abrió una nueva etapa en la obra de José Saramago. Novelas como La caverna, El hombre duplicado, Ensayo sobre la lucidez o Las intermitencias de la muerte llevan al terreno narrativo reflexiones sobre el consumo, la sociedad de masas o el sistema democrático. Muchas de ellas parecen nacidas de una pregunta: "¿qué pasaría si?" Si la gente votase masivamente en blanco, si alguien decidiese vivir al margen del capitalismo, si la gente dejase de morir. Cosas, Saramago lo sabía, que sólo suceden en la imaginación de un escritor de novelas.

La vieja máquina de José Saramago y sus gafas en la sala a la que da nombre en la Fundación César Manrique de Lanzarote, con motivo de una exposición dedicada a su obra.
La vieja máquina de José Saramago y sus gafas en la sala a la que da nombre en la Fundación César Manrique de Lanzarote, con motivo de una exposición dedicada a su obra.CLAUDIO ÁLVAREZ
La hija de Saramago, Violante, con gafas a la izquierda; y su mujer Pilar del Río, al fondo con gafas de montura roja, portan el féretro del Nobel antes de su traslado hacia Lisboa.
La hija de Saramago, Violante, con gafas a la izquierda; y su mujer Pilar del Río, al fondo con gafas de montura roja, portan el féretro del Nobel antes de su traslado hacia Lisboa.CLAUDIO ÁLVAREZ
Se va Saramago, el hombre que nos previno contra una destructora epidemia de ceguera. Y en estos tiempos su adiós parece un símbolo. El primer Premio Nobel que recibió la lengua portuguesa ha sido un referente para toda la izquierda del planeta.Vídeo: AGENCIA ATLAS

Lecturas selectas

- Manual de pintura y caligrafía, 1977.

- Casi un objeto, 1978.

- Levantado del suelo, 1980.

- Memorial del convento, 1982.

- El año de la muerte de Ricardo Reis, 1984.

- La balsa de piedra, 1986.

- Historia del cerco de Lisboa, 1989.

- El Evangelio según Jesucristo, 1991.

- Ensayo sobre la ceguera, 1995.

- Cuadernos de Lanzarote, 1997.

- De este mundo y del otro, 1997.

- La caverna, 2000.

- El hombre duplicado, 2002.

- Ensayo sobre la lucidez, 2004.

- Poesía completa, 2005.

- Las intermitencias de la muerte, 2005.

- Las pequeñas memorias, 2007.

- El viaje del elefante, 2008.

- El cuaderno, 2008.

- Caín, 2009.

- José Saramago en sus palabras, 2010.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Javier Rodríguez Marcos
Es subdirector de Opinión. Fue jefe de sección de 'Babelia', suplemento cultural de EL PAÍS. Antes trabajó en 'ABC'. Licenciado en Filología, es autor de la crónica 'Un torpe en un terremoto' y premio Ojo Crítico de Poesía por el libro 'Frágil'. También comisarió para el Museo Reina Sofía la exposición 'Minimalismos: un signo de los tiempos'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_