Nouvel guarda en el cajón el proyecto de la Torre Signal
El aclamado arquitecto francés Jean Nouvel ha tenido que renunciar temporalmente a la realización de la Torre Signal, un gigantesco rascacielos rectangular que debía marcar la renovación del distrito financiero parisiense de La Défense. La falta de financiación, tras la retirada de la española Medea, obliga al premio Pritzker 2008 a aplazar su proyecto hasta después de la crisis.
"Con la crisis inmobiliaria, todos los proyectos actuales de edificios de mucha altura acumulan retraso", anunció el despacho Ateliers Jean Nouvel en un comunicado de prensa. "El proyecto de la Torre Signal se realizará únicamente cuando la crisis se disipe", pero el equipo del prestigioso arquitecto no renuncia "a construir este proyecto estratégico (...) simbólico de una evolución necesaria y vital para La Défense". El despacho calcula que "dentro de dos o tres años proyectos como éste serán los que busquen los inversores". La Torre debía estar lista dentro de tres años.
El comunicado del despacho del arquitecto respondía a una declaración de la presidenta del EPAD, el organismo público que gestiona el distrito financiero, que daba el proyecto por enterrado. "Hemos recibido un correo de Ateliers Jean Nouvel en el que nos informan haber renunciado a la Torre Signal por falta de inversores", declaró Joelle Ceccaldi-Raynaud en Cannes, en el marco de una feria inmobiliaria. "Hemos ido a Qatar, a Kuwait, ahí donde hay dinero, hemos buscado y no hemos encontrado inversores", añadió Philippe Chaix, director general del organismo.
La falta de financiación es la amenaza. ¿Verá la luz del día el rascacielos rectangular de hormigón, cristal y acero que aspiraba en un principio a "competir con la señora Eiffel", con una altura de 301 metros? De momento, ya ha habido bajas. El proyecto, con un coste estimado de 600 millones de euros, contaba con el apoyo de la española Medea, filial de Metrovacesa, que se retiró en las primeras turbulencias de la crisis inmobiliaria en España.
Ganadora de un concurso internacional en la que se impuso ante rivales de la talla del inglés Norman Foster, la Torre Signal debía contar con una oferta mixta de vivienda, oficinas y comercios sobre 140.000 metros cuadrados repartidos en 71 plantas.

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