Oro de Moscú
¿Cuál debe ser la misión de un festival internacional? Que el público vea espectáculos concebidos bajo otros parámetros. Los que el Atelier Piotr Fomenko ha traído en ediciones sucesivas del Festival de Otoño nos hablan de una forma de hacer teatro inexistente en España. En esta troupe moscovita, cuyos intérpretes llevan 20 años juntos, hay una complicidad extraordinaria. Tiene 15 montajes en cartel: cada actor se mete en la piel de tres o cuatro personajes por semana. Imagínense el swing que da eso. Los fomenkis tienen la voz y el cuerpo afinadísimos, porque no paran.
Mientras que aquí el teatro es de usar y tirar, en Rusia se guarda en el fondo de armario. Este montaje de Lobos y corderos lleva 18 años en repertorio. Sus intérpretes podrían representarlo con los ojos vendados. Lo hacen con fluidez extraordinaria, como si improvisaran. Es increíble lo fresco que está, siendo tan añejo. Sus protagonistas son gente que negocia con todo, incluso con lo más íntimo: ninguno mueve un dedo si no es por interés. Retratando la Rusia en proceso de industrialización, Ostrovski nos retrata. Lástima que los sobretítulos, apelmazados, arrítmicos, no dejen seguir la peripecia al detalle.
LOSBOS Y CORDEROS
De Alexandre Ostrovski.
Compañía Atelier Piotr Fomenko.
Dirección: Piotr Fomenko. Direcciónn musical: Boris Gorbatchev. Madrid. Teatro Valle-inclán. Hasta el 26 de octubre.
Aunque todo el elenco esté a nivel parecido, destacan la vis cómica de Iuri Stepanov y Galina Tiunina, protagonistas de una escena de seducción descacharrante. Detrás está, claro, la dirección de Fomenko, que crea gran teatro con cuatro trastos, unos visillos y la luz atmosférica de Vladislav Frolov.