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Entrevista:

Octavio Paz se siente uno de los últimos supervivientes de la vanguardia

El escritor presenta 'Vislumbres de la India' y un vídeo de su poema 'Blanco'

José Andrés Rojo

"Soy uno de los últimos supervivientes de eso que se llamó, de manera equívoca, la vanguardia", dijo Octavio Paz en una conversación en la que comentó distintos aspectos de su obra. El poeta y ensayista mexicano, premio Nobel de Literatura, presentó ayer la edición ilustrada que, Círculo de Lectores acaba de publicar de Vislumbres de la India, su último ensayo, que apareció hace un tiempo en Seix Barral. Octavio Paz mostró también el resultado de un viejo proyecto: el de acompañar con imágenes las palabras de Blanco, un largo y complejo poema que escribió en 1966.

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Maestro del ensayo

Vislumbres de la India es un recorrido a través de un sinfi1n de meandros de una civilización radicalmente desconocida en Occidente. Octavio Paz, que vivió en la India entre 1962 y 1968, a la que ha vuelto varias veces y que visitó por primera vez en 1951, confiesa que lo que más le fascinó de aquel mundo fue el hecho de encontrar "una civilización que se ha detenido en el tiempo, como un museo, pero que es un museo vivo". "En México tenemos vestigios, supervivencias, de las civilizaciones prehispánicas, pero nadie cree en Quetzalcoatl", observa Paz. Y añade: "En la India siguen adorando a los viejos dioses: Shiva, Vishnu, Krishna...". El sistema de castas, la convivencia del hinduísmo y el islam -"el politeísmo más rico y antiguo y el monoteísmo más moderno y agresivo"-, las dificultades de su proyecto de modernización o la propia visión de Paz sobre el arte y la poesía, la filosofía y el pensamiento de esa gran civilización son algunas de las estaciones que jalonan su libro."He intentado acercarme de manera crítica a dos ideas que de algún modo sintetizan la diferencia entre la India y Occidente", comenta Octavio Paz. "Frente a la desdicha de ser hombre, en la India se propone el camino de la liberación, mientras que los occidentales se decantan por la redención". "Lo asombroso es que ambas civilizaciones proceden de un mismo origen, son dos versiones diferentes de las mismas ideas, las del viejo tronco indoeuropeo".

En Vislumbres de la India son habituales los saltos: de la India a México y a Occidente, del pasado al futuro. Las dificultades de sus respectivos procesos de modernización es algo que comparten México y la India. "Son civilizaciones que valoran su pasado no occidental", observa Octavio Paz. "De ahí que la crítica del pasado, que exige todo proceso de modernización, se combine en su caso con la exaltación de ese mismo pasado". "Eso es algo que no ha ocurrido en Estados Unidos, que es un país sin pasado", añade.

La revuelta de Chiapas, en México, resulta paradigmática en este sentido. "Las revueltas campesinas son una constante en la historia de México y las exigencias de la que se ha producido en Chiapas son justas y legítimas. Revelan un viejo problema que no se ha resuelto: el de la integración en el proceso de modernización de las comunidades marginales. La reivindicación de Zapata muestra ese anhelo por regresar a una idílica sociedad preindustrial, que hoy no es ya viable. Los zapatistas piden libertad, justicia y democracia. Lo que no han hecho es explicar su versión de esas palabras". Octavío Paz, por otro lado, distingue una diferencia entre la revuelta de Chiapas y todas las revueltas campesinas anteriores: "Sus líderes utilizan con gran inteligencia y habilidad los medios de comunicación. Ha sido una 'guerra' que se ha realizado sobre todo en la prensa y la televisión, aunque haya habido encuentros y movimientos de tropas".

Palabras e imágenes

La política es y ha sido una de las grandes obsesiones de Octavio Paz. Pero la poesía lo ha sido aún más. Y del mismo modo que ha regresado a la India, este año ha vuelto también a Blanco, uno de sus mayores poemas. "La poesía ha sido siempre palabra hablada", afirma, "y creo que los nuevos medios de comunicación le dan una excelente oportunidad para recuperar esa vieja ambición". Y añade: "con una ventaja: el aedo o quienquiera que recitara sus versos sólo se acompañaba musicalmente; hoy la poesía puede ser oral y visual". Ese fue el desafío que abordó con el vídeo de Blanco, ilustrado con imágenes tántricas, "muy abstractas pero cargadas de erotismo"."El vídeo de Blanco es una tentativa de responder a la actual situación de tristeza a la que parecen abocados, no sólo la política, sino también el arte de nuestro siglo. La energía del arte moderno de principios de nuestro siglo ha desembocado en una situación que horrorizaría al propio Duchamp si levantara la cabeza. Fui de los primeros en escribir sobre la crisis de la vanguardia, pero que la vanguardia haya muerto no significa que el arte haya muerto. El fin de siglo, en este sentido, termina no con una renuncia, sino con una interrogación".

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Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

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