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Pink Floyd comienza su gira española en San Sebastián ante 30.000 espectadores

El grupo utilizó 250.000 vatios de potencia en el concierto de Anoeta

Pedro Gorospe

Los integrantes de Pink Floyd, uno de los grupos míticos del rock, emergieron ayer de una tormenta de luz para dar el primer concierto de su gira española en San Sebastián, donde cerca de 30.000 personas empezaron a ver cumplidas sus expectativas con una impresionante puesta en escena. Los primeros acordes fueron para el ya mítico Shine on our crazy diamond, con el que atravesaron el estadio de Anoeta a más de 250.000 vatios de potencia.

Pink Floyd interpretó varios grandes éxitos antes de comenzar con su último disco The division bell. Nostalgia y modernidad que encajaba perfectamente con el público asistente, adolescentes y cuarentones. Sin embargo, el precio de las entradas pesó más que la fama y el grupo británico no consiguió motivar lo suficiente al personal y llenar el estadio. En un ambiente cargado de humedad los más jóvenes se situaron en el césped cubierto, y los que ya tenían 25 años cuando Tejero estuvo a punto de truncar el éxito de la película The wall en España, se situaron en las gradas.La llamativa cúpula del escenario sirvió de paraguas al sirimiri que impidió una sentada general en el césped cubierto del estadio de fútbol de Anoeta. Fueron más de tres horas de espera pero al final llegó el espectáculo. Se hizo la luz y poco después de las 22.00 salieron los protagonistas de la noche en medio de un firmamento proyectado en una pantalla gigante. Y luego el rosa, el verde, el azul, rayos láser y toda la fuerza de su sonido. Las imágenes dejaron al estadio con la boca abierta. Cada sonido tenía un reflejo en la iluminación y cada movimiento describía la onda psicodélica de la música del grupo.

En la gira plantan en escena un millón de vatios de luz -muchos de los focos son especiales y están controlados por ordenador-, más de 350 altavoces de los denominados hipersensibles, que lanzaron a los oídos de los asistentes 250.000 vatios de sonido estereofónico y 100.000 más cuadrafónico. Después de una primera parte dedicada a la grada, a los que han vivido los avatares del grupo y sus sucesivos directores musicales con momentos de especial brillantez cuando interpretaron el Wish you were here, atacaron otro de sus preferidos, Money, para escarbar de nuevo en la banda sonora de The wall o el disco The final cut.

En el espectáculo trabajan unas 200 personas con 49 camiones para llevar el escenario -250 toneladas de acero-, con un montaje de tres días y 18 horas para los aspectos técnicos.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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