El PSC pide suavizar la abolición de los toros en Cataluña

La prohibición de las corridas de toros en Cataluña amenaza con convertirse en el debate más enconado del final de la legislatura catalana y, cojos en las encuestas, los socialistas han decidido acabar con la ambigua posición que han mantenido hasta ahora. El Partit dels Socialistes (PSC) y el presidente de la Generalitat, José Montilla, no quieren aparecer en la foto como los responsables de la prohibición de los festejos. Por esta razón la dirección del partido no dará a sus diputados libertad de voto en lo que queda de tramitación de la iniciativa legislativa popular (ILP) como sí hizo la semana pasada.

Los socialistas presentarán enmiendas para suavizar la iniciativa legislativa popular que, avalada por 180.000 firmas, pide acabar con las corridas en Cataluña. Si las enmiendas no salen adelante el PSC votará en contra. Ello dejaría la eventual prohibición de los festejos exclusivamente en manos de Convergència i Unió. Y en las filas nacionalistas tampoco hay unanimidad, si bien son mayoría los partidarios de prohibir los festejos.

¿Qué busca el PSC? El partido todavía no ha redactado las enmiendas a la ILP -lo hará a partir de enero- pero defiende que existe una posición intermedia entre prohibición y mantenimiento de las corridas. ¿Cómo? "Quizás se podría introducir algún tipo de gradualidad para no prohibir de entrada", explican fuentes de la dirección del partido, que añaden que también podrían hacerse corridas sin muerte del animal, como en Portugal.

El viceprimer secretario del PSC, Miquel Iceta, insistió ayer tras la reunión de la ejecutiva del partido que abogarán por el "consenso". También dijo que velarán porque el debate que comenzará en enero en una comisión parlamentaria no se haga en términos "identitarios" y aseguró que el PSC intentará centrar el debate en la cuestión de los derechos de los animales.

Pero lo que intentan los socialistas catalanes es una complicada cuadratura del círculo. En primer lugar, porque al tratarse de una iniciativa legislativa popular, sus impulsores pueden retirarla en cualquier momento si entienden que queda desnaturalizada durante la tramitación parlamentaria. En segundo lugar, porque la prohibición podría salir adelante incluso con el voto contrario y en bloque de los diputados del PSC. Sus 37 representantes en el Parlament, junto a los 14 del PP y a los tres de Ciutadans resultarían insuficientes si Esquerra Republicana, con 21, e Iniciativa-Esquerra Unida, con 12, lograsen el apoyo en bloque de los 48 de CiU. En este caso la prohibición ganaría por 81 votos a favor y 54 en contra. Las asociaciones pro taurinas trabajan ahora para convencer a los nacionalistas de CiU de que, si aceptan la prohibición de las corridas, se abriría la caja de los truenos, porque después se podría pedir la abolición de los encierros, con gran tradición en el sur de Cataluña y área donde los nacionalistas tienen muchas alcaldías. Los diputados nacionalistas que la semana pasada votaron contra la prohibición, una decena, proceden, mayoritariamente de estas zonas. El líder de CiU, Artur Mas, garantizó ayer que mantendrá la libertad de voto de sus diputados hasta el final.