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Reportaje:

Palabras que crearon cine

Dos libros recuperan los textos periodísticos y un ensayo sobre el 'western' de Ángel Fernández-Santos

Rocío García

"Todos los sitios son buenos para pasar de largo". El que fuera escritor, guionista y crítico de cine de EL PAÍS, Ángel Fernández-Santos, añadió esta frase de su invención a un diálogo de la película El forastero que sirvió durante años de saludo ritual e irónico entre él y su amigo y cineasta Víctor Erice. "¿De dónde viene, forastero?". "De ningún sitio en particular". "¿Y adónde se dirige, forastero?". "A ningún sitio en particular". Este diálogo entre Walter Brennan, un famoso juez, y Gary Cooper, un pistolero errante, en El forastero (1940), de William Wyler, era la manera que Ángel Fernández-Santos (1934-2004) y Víctor Erice utilizaban a modo de saludo. Unas veces uno hacía de Gary Cooper, y otras de Walter Brennan. "Según los días", aclaró Erice durante la presentación, el martes, de dos libros de Fernández-Santos, publicados por Debate: Más allá del Oeste, reedición de un apasionado homenaje al western, y La mirada encendida, obra que recoge algunos de sus escritos sobre cine publicados a lo largo de años.

"Era un gran fabulador, además de un escritor de cine. Esa frase inventada por Ángel es el signo de su vocación más secreta, pasar de largo, evitar toda dimensión pública. Él nunca pasó de largo. Lo prueban estos dos libros que hoy presentamos y el vivo recuerdo en todos aquellos que tuvimos la buena fortuna de conocerlo", aseguró Erice durante un corto pero emotivo recuerdo de su amigo -"los dos somos hijos de vencidos"- al que conoció a comienzos de los años sesenta, cuando Ángel formaba parte del equipo de la revista Primer Acto y él de Nuestro Cine. "Fui yo quien le incitó a dedicarse a la crítica de cine, pero quien intentó que no lo hiciera en un periódico de gran tirada. Ángel no me hizo caso y aceptó el reto. No se equivocó: en el ejercicio periodístico de la crítica cinematográfica no sólo encontró la manera de dar cauce a su talento, sino que llegó a elaborar un estilo. Convirtió cada una de sus crónicas en una pieza literaria", escribe Erice en el prólogo de La mirada encendida.

Erice no fue el único amigo que estuvo en la presentación de las dos obras, auspiciadas por Miguel Aguilar, director de Debate. También muchos admiradores. Como Ray Loriga, escritor y cineasta, que aseguró estar allí como lector y espectador. "Le conocí. La primera vez que habló de mí dijo que era "prometedor pero torpe". Luego, afortunadamente, tuve otras críticas mejores", explicó Loriga, que elogió la labor de un crítico como Fernández-Santos. "La cultura sin críticos inteligentes no es crítica inteligente. Sus críticas excitan, incitan y ayudan a entender la cultura. Leer estos libros es como ir al cine con un amigo", añadió de este "hombre incorruptible".

Carlos F. Heredero ha sido el encargado de seleccionar el riquísimo material que Fernández-Santos plasmó en EL PAÍS para La mirada encendida. "Además de una deuda personal ante el excelente compañero, legal y generoso que fue Ángel, lo más importante de esta obra es la de rescatar una manera distinta de hacer la crítica", aseguró el crítico y director de la edición española de Cahiers du cinéma. Heredero puso el acento en la subjetividad de la antología, que propone una lectura que intenta atraer a todos los géneros donde desplegó la literatura de Fernández-Santos -"un caleidoscopio apasionante donde ha sido muy difícil elegir"-. Heredero destacó la reflexión crítica en cualquier género al que se acercó Fernández-Santos, guionista junto a Erice de El espíritu de la colmena, y de filmes de Francisco Regueiro, como Padre nuestro o Madregilda.

"La mirada de Ángel en tanto que periodista y cronista supo radiografiar su propio tiempo. Supo ver dónde estaba lo moderno y lo falsariamente moderno, lo clásico y lo académico. Su coherencia e independencia la supo hacer valer en las más adversas circunstancias".

Víctor Erice, en la presentación de las dos obras de Ángel Fernández-Santos.
Víctor Erice, en la presentación de las dos obras de Ángel Fernández-Santos.gorka lejarcegi

Crítica y literatura

- La mirada encendida. El libro contiene las críticas de películas y crónicas de festivales que Ángel Fernández Santos realizó a lo largo de 40 años (desde 1965 hasta 2004), así como perfiles de cineastas, necrológicas, reseñas de libros, columnas de opinión y análisis de la industria y política cinematográfica. Los cerca de 300 textos seleccionados proceden en su mayoría de EL PAÍS, pero también de la revista Nuestro Cine y algunos artículos publicados en Diario 16, Casablanca o Nosferatu. El material se ha organizado en cinco grandes bloques: Claves de una mirada, Creadores, Combates del presente, Películas de una vida y Autorretratos.

- Más allá del Oeste. Con este libro, reedición del publicado en 1988, se recupera un clásico, un libro de culto inencontrable, en el que Fernández Santos rinde un apasionante homenaje a los westerns, ese género por el que sentía verdadera pasión.

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