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Películas con músculo y cerebro

La reina del cine de acción, Kathryn Bigelow, se convierte con 'En tierra hostil' en la primera mujer que gana el Premio del Sindicato de Directores

Sólo un nombre traduce al lenguaje de Hollywood una expresión tan castiza como "mujer de rompe y rasga": Kathryn Bigelow. La realizadora californiana de 58 años es una anomalía en esta industria, gracias a una carrera centrada en el cine de acción. Por eso ha sido la primera en numerosas ocasiones. Como el sábado pasado en Los Ángeles, que se convirtió en la primera realizadora -gracias a En tierra hostil- en lograr el Premio del Sindicato de Directores de EE UU, un galardón que suele coincidir con el Oscar en esa categoría. "¿Pelis de hombres? Prefiero verlo como una filmografía personal, algo que cambia de individuo a individuo, más que hacer comparaciones sobre el sexo de cada género cinematográfico", puntualiza. Dejémoslo entonces en que es la única realizadora dedicada en cuerpo y alma al cine de acción. Le llaman Bodhi, Días extraños y ahora En tierra hostil, que se estrenó el pasado viernes en España y ya es la primera película sobre la guerra de Irak que se ha ganado el aplauso de público, crítica y hasta del sector militar. "Yo también soy parte del público y creo que este conflicto está representado en el cine poco y mal".

"Como persona me preocupa Irak; como cineasta no emito mi opinión"

Sus frases son contundentes e imponen tanto como su presencia y su cine. Pero también denotan una cierta timidez, ya que a Bigelow no le gusta ser el centro de atención. Prefiere observar a ser observada. "Es mi estilo como realizadora".

En tierra hostil muestra con un estilo casi documental el día a día de una unidad de artificieros en Bagdad, mientras acelera el corazón del espectador con un estilo de cine guerrilla que conserva el clasicismo de sus maestros, Sam Peckinpah y Don Siegel, o de películas como El salario del miedo, una de sus fuentes de inspiración para su último trabajo. "Me gustan las películas con musculatura e inteligencia". Su reto era hacer un filme bélico de la talla de Apocalypse now, Salvar al soldado Ryan o La batalla de Argel. Luego, que cada uno saque su conclusión. "Como estadounidense que soy, esta guerra realmente me preocupa. Pero como realizadora, no creo que mi lugar sea emitir un juicio".

Otro de los temas que no toca es su matrimonio con el director de Avatar, James Cameron -se divorciaron en 1991-, con quien se está repartiendo la mayor parte de los galardones en esta temporada de premios. Lo de Bigelow es cine guerrilla -no como el de su ex, todo megapresupuesto-. Tardó cinco años en estrenar En tierra hostil: primero, por problemas de financiación para arrancar el rodaje, y después, de distribución. Bigelow nunca se ha rendido, incluso tras el fracaso de la que fue su mayor producción, K-19: the widowmaker, película con Harrison Ford que con un presupuesto de 70,6 millones de euros sólo recaudó 46 millones. "Son todo apuestas, riesgos que tomas".

Por eso rodó con cuatro cámaras de súper 16 en Jordania, en un momento en el que todos filman en digital. Y con un reparto de desconocidos. "Si cuentas con Tom Cruise sabes que no va a morir hasta el final, y si lo hace será una muerte heroica. Y ésa nunca es la experiencia de un soldado", recalca.

Su próxima película, Triple frontier, un nuevo trabajo con Mark Boal, el guionista de En tierra hostil, será otra de acción, centrada en la frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil. "Empecé en el cine de arte y ensayo. De algún modo amplié las miras. Creo que sigo haciendo algo artístico, pero ahora el contenido es el motor de la forma".

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