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Policías y novelistas debaten en la Semana Negra

"La realidad raras veces nos trae cosas apasionantes. Por cada asesinato lúcido y hermoso hay 80.000 broncas domésticas que acaban en muerte". Alicia Giménez Barlett, creadora de la primera mujer policía en la literatura de ficción en castellano, no busca en la vida real la inspiración para sus novelas. Además, confiesa que no acepta "bien que un autor haga un divertimento" sobre sucesos auténticos. A la madre literaria de Petra Delicado, la lectura de la crónica negra recogida en los periódicos le "pone los pelos de punta" y no puede "hacer nada con eso". La relación de los autores de literatura policiaca con la realidad centró el tema de una de las mesas redondas organizadas ayer en Barcelona dentro del III Encuentro de Novela Negra, que se celebra en la ciudad hasta el sábado.

En una sala abarrotada, nueva muestra del tirón del género, Giménez Barlett representó uno de los extremos de un arco de opiniones que tuvo en sus antípodas al periodista y escritor Carles Quílez. Quílez defendió la ficción como un territorio excelente en el que abordar en profundidad acontecimientos reales, "que le dan un valor añadido". En el término medio, Andreu Martín. El novelista explicó que en su extensa obra hay una muestra de distintos tipos de relación entre la realidad y la ficción.

Y entre tanta elucubración, una buena dosis de pragmatismo. Margarita García Gómez, inspectora de policía vinculada durante muchos años a la brigada de homicidios, relató que entre el gremio al que pertenece hay mucha afición a la novela negra.

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